martes, 21 de julio de 2015

THE NEW YORKER Y EL FISCAL NISMAN


La prestigiosa revista estadounidense The New Yorker publicó hace una horas el artículo sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman que hizo su corresponsal Dexter Filkins en Buenos Aires y para el que entrevistó, entre otros, a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner...
The New Yorker opina sobre el caso Nisman de Argentina.
The New Yorker opina sobre el caso Nisman de Argentina.
Alberto Nisman, para The New Yorker: lentes de contacto, botox y think tanks conservadores. La prestigiosa revista norteamericana hizo un recorrido por los inicios de la investigación del caso AMIA y la trayectoria y los últimos meses de vida del ex titular de la UFI AMIA. Lo define como un vanidoso y destaca sus vínculos con think tanks de derecha.
La prestigiosa revista estadounidense The New Yorker publicó hace una horas el artículo sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman que hizo su corresponsal Dexter Filkins en Buenos Aires y para el que entrevistó, entre otros, a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El artículo, titulado “La muerte de un fiscal”, habla del caso AMIA y está centrado fundamentalmente en la cuestionada figura de Nisman, a quien describe como “un entusiasta de la noche porteña” y “una celebridad que gastaba en lentes de contacto azules e inyecciones de botox”.
En la nota, que también incluye entre otros testimonios al canciller Héctor Timerman, el técnico informático Diego Lagomarsino, la diputada nacional Patricia Bullrich y el subsecretario de Inteligencia Juan Martín Mena, el periodista Dexter Filkins caracteriza a la denuncia por encubrimiento realizada por el fallecido fiscal contra la Presidenta como “montada a toda prisa” y la define como un documento “laberíntico y a veces exasperante”.
El periodista concluye en su nota que considera que no hay evidencias que vinculen a integrantes del gobierno con “la supuesta conspiración” para encubrir el atentado a la AMIA.
Entrevistado por Filkins, el ex director de Interpol Ronald Noble reconoció que el canciller Timerman le planteó “en varias ocasiones que las alertas rojas quedaran en su lugar”, con lo cual quedó descartada la posibilidad de que se interrumpiera la búsqueda de los iraníes acusados del ataque terrorista a la sede de la mutual judía en julio de 1994, y además agrega Noble, que Interpol “no podía actuar hasta que los cargos fueran eliminados” por la Justicia argentina.
Por su parte, el canciller Timerman explicó que en su momento negoció el memorandum de entendimiento con Irán “en una serie de reuniones” con su ex contraparte Ali Akbar Salehi, que comenzaron en septiembre de 2012 y finalizaron con la firma del acuerdo en la ciudad etíope de Addis Ababa.
El encuentro entre el periodista de The New Yorker y Fernández de Kirchner tuvo lugar el pasado 11 de marzo en la Residencia de Olivos, y ayer fue la propia Presidenta la encargada de dar a conocer la totalidad del contenido de ese reportaje.
Si bien su trabajo en la fiscalía especial para la causa AMIA presentaba irregularidades que en el ambiente judicial eran un secreto a voces, la muerte de Alberto Nisman apuró una operación de santificación, con el único objetivo de desgastar al gobierno.
Pero a medida que se conocieron detalles sobre el trabajo del fiscal, la maniobra entró en crisis y la canonización de Nisman pasó a un segundo plano. La nota de The New Yorker confirma ese perfil del fallecido Alberto Nisman.

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