lunes, 20 de noviembre de 2017

ARA SAN JUAN. - JOSE LUIS UBERTALLI EN PAJARO ROJO,

El submarino ‘ARA San Juan’, con 44 tripulantes a bordo, de los que solo se conocen, según familiares,
 a 39 de ellos, fue botado el 20 de junio- dia de la Bandera- de 1983.
El pabellón nacional del San Juan fue recibido el 18 de noviembre de 1985, o sea, en un día como el
 de ayer hace 27 años.
El 2 de diciembre de ese año fue recibido formalmente por la Armada.
Construido en Alemania y debido a su deterioro, el 17 de agosto del 2007- aniversario de la muerte 
del General San Martín- ingresó a los Astilleros Domecq García, donde se lo reparó. Según el lenguaje
 naval, a Media Vida, lo que significó: corte del casco y cambio de la planta propulsora, incluyendo motores diesel y 960 elementos de baterías.
También se carenó el casco y se realizó un intensivo mantenimiento del sistema eléctrico.
Todas estas operaciones aumentaron la vida útil del submarino por 30 años más.
En el 2011 se realizó en el buque un ensamble y tres años después, en el 2014 y previa recarga de
 baterìas, se hizo a la mar.
Según la prensa de estos días y voceros de la Armada, el buque pudo haber siniestrado de alguna forma, aunque ingenieros navales consultados y especialistas en submarinos destacaron que es difícil, cuando
 no casi imposible, que un submarino de estas características- del que no se tienen noticias, según 
se informó, desde el 15 de noviembre, o sea, desde hace cuatro días- no pueda comunicarse con su
 base, habida cuenta de la planificación previa de su ruta, que incluye relevamiento de condiciones meteorológicas, revisión integral de material y otros ítems que hacen a la seguridad del navío
 sumergible.
Así las cosas, se insiste en la hipótesis de alguna falla o algo que pueda impedir saber dónde se
 encuentra, si está sumergido o no.
Y si se halla en la superficie ¿donde está?, ya que según se informa oficialmente ya se ha relevado 
hasta hoy por aire el 80% de la zona donde debía hallarse.
Cuando ‘desapareció’, el submarino partía del atracadero de Usuahia, Tierra del Fuego- provincia 
argentina austral castigada con el despoblamiento y la pobreza habida cuenta del desmantelamiento
 industrial que se hace de la misma con la apertura indiscriminada de importaciones y liquidación de los subsidios industriales- y se dirigía a Mar del Plata, adonde hoy al mediodía debería haber arribado.
Mas o menos así se informó hasta ahora, con el agregado de que ‘ayudan’ en su búsqueda, además 
de la Armada y la Fuerza Aérea locales, buques y aviones de EE.UU. y Gran Bretaña.
De estos dos países, se sabe, uno de ellos ocupa ilegalmente las Islas Malvinas, cercanas a la zona
 donde el submarino operaba, y el otro apoyó en logística, que incluyó el uso de satélites, a la 
flota británica y medios aéreos durante la Guerra de Malvinas de 1982 para que pudiera detectar 
los navíos y otros medios técnicos bélicos argentinos y batirlos.
Otro de los países que ofreció ayuda fue Chile, cuyo mandamás en la época de la guerra de
 Malvinas, el dictador probritánico, general Augusto Pinochet, apoyó logísticamente y por medio de comunicaciones a los usurpadores británicos de las Islas.
Habida cuenta de lo que sucede hoy en nuestro país, donde un gobierno al servicio de intereses
económico- financieros y geopolíticos de potencias extranjeras, fundamentalmente EE.UU. y
Gran Bretaña, saquea la nación, endeuda a los argentinos por centenas de años a futuro, entrega
territorio nacional a aventureros extranjeros de toda laya, mantiene ‘relaciones carnales’ con los
usurpadores británicos y sus aliados norteamericanos, hambrea a los trabajadores, intentando en
 pocos días hacer aprobar una reforma laboral de tipo esclavista a fin de terminar con los derechos
 de las mayorías del país y ‘compra’ material de guerra inservible, a la par que repone con materiales
de última generación a las fuerzas encargadas de reprimir a la población, es dable pensar que el
submarino ARA ‘San Juan’ no se halla en malas condiciones ni está impedido de comunicarse, sino
 que está conmemorando o por conmemorar el 20 de noviembre, Día de la Soberanía, en una acción
 que, si llega a ser cierta, tiraría por la borda- utilizando términos navales- a toda la hipocresía y la 
manipulación que hace que este gobierno destruya a la Nación sin mayores contratiempos.
Como en otras oportunidades- 2 de abril y otras fechas en que, previendo un maremoto político,
– se hallaba en el exterior o no concurría al lugar en donde se debería conmemorar el intento de
 recuperación de Malvinas – el Presidente Macri no se halla ni el edificio Libertad ni en la base de 
submarinos de Mar del Plata, donde se encuentran familiares y camaradas de los submarinistas hasta
 ahora no hallados, lugar donde debería haberse hecho presente desde el primer día de conocido el
 hecho que nos ocupa.
Macri se encuentra cerca, en Chapadmalal, de vacaciones, a dónde casi no llega por un desperfecto
 en su helicóptero que partía de Mar del Plata hacia su lugar de ‘descanso’ que casi lo lleva al 
descanso eterno.
Cercano el Día de la Soberanía, cuando el 20 de noviembre en 1845 soldados y pueblo patriotas
 le pusieron cadenas al rio Paraná en la Vuelta de Obligado para que la escuadra anglofrancesa 
no pisara la dignidad nacional pretendiendo navegar sin autorización de las autoridades argentinas, 
nos es dable pensar- ya que los comentaristas al servicio del gobierno llaman a hacerlo a la población
 sobe la posible suerte del submarino- que el submarino ‘ARA San Juan’ no está desaparecido ni
 nada de eso sino en rebeldía contra la entrega de la Patria a los invasores y usurpadores extranjeros, 
estén de uniforme o calcen el traje caro de ejecutivos empresariales.
El submarino podría estar argentinizando el mar y toda la Patria este 20 de noviembre.
Si eso ocurre, estaríamos ante una situación no previsible en los cálculos de los vendepatrias ni
 saqueadores, porque creen, creyeron y creerán que no hay uniformados patriotas, sino que ellos están,
 como lo estuvieron durante las dictaduras- cívico militares que entregaron el país y asesinaron por 
ellos a miles, al servicio de los intereses de los saqueadores y vendepatrias.
Y como pensamos y a veces deliramos, sostenemos que el San Juan lleva el nombre de dos
argentinos que, estando o no de acuerdo en todo con ellos, dignificaron la nación y a la clase 
trabajadora, que es su carnadura y su sostén: el Brigadier General Juan Manuel de Rosas y 
el general Juan Domingo Perón.
Que este 20 de noviembre encuentre a los submarinistas sanos y salvos y honrando la Patria desde 
su trinchera de batalla, como la honramos y la defendemos millones desde las nuestras.
Las cadenas de Obligado siguen puestas sobre la masa líquida de la Patria en función de impedir 
al invasor, sea quien sea y llegue a serlo como sea, terminar con ella y su pueblo.
Tiemblen canallas.
Y al que le quepa el sayo, que se lo ponga

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