martes, 16 de enero de 2018

EL PUEBLO AYMARA -- DEL BLOG: BOLIVIA... LO MEJOR QUE TENEMOS

TUESDAY, JANUARY 16, 2018


Los antropólogos estiman que los primeros pobladores de América llegaron desde Asia hace unos 12.000 años durante el periodo de la glaciación a través del Estrecho de Bering. Esto parece evidente ante la coincidencia de rasgos morfológicos mongólicos en los aborígenes americanos y, admitiendo lo anterior; también se asume que hubo migraciones desde Oceanía hacia América. En Norteamérica se desarrollaron los pueblos apaches, navajos, etc; aztecas y mayas, en México y Centroamérica, y llegamos a la civilización más antigua de América datada en el Perú del tercer milenio antes de Cristo, que fue extendiéndose primero al Altiplano -Perú, Ecuador, Bolivia, Chile y Argentina- y posteriormente al nordeste argentino. Los restos arqueológicos de la ciudad sagrada de Caral datan de hace 4.500 años y convierten a Perú, al igual que Egipto, Mesopotamia, China e India, en una de las zonas donde se inicia la civilización universal.
El imperio incaico, con su capital en Cuzco (Perú), inició su expansión hacia todo el Altiplano a mediados del siglo XV y antes de la llegada de Francisco Pizarro, Pedro de Valdivia, etc. con sus arcabuceros (1524), habían integrado por medios generalmente pacíficos de intercambio de conocimientos (regadío, terrazas de cultivo, vías de comunicación, etc.) a las numerosas tribus que habitaban en el Altiplano;tratando de implantar el quechua como lengua común a todos ellos. El concepto andino “Pachakuti” se apoya en la concepción cósmica de la vida de los indígenas y defiende que el ser humano es parte de la naturaleza. Este pensamiento ha infundido en la sociedad indígena el convencimiento de que se ha cumplido un ciclo y ha llegado la hora de recuperar el control sobre el espacio colonizado y es Evo Morales el inicio del Pachakuti.
A pesar de la fuertes críticas que está afrontando Evo Morales (lleva ya doce años como presidente de Bolivia) por aferrarse al poder y de estar sus colaboradores (trepadores sociales que han acaparado las estructuras del poder y desvirtuado los objetivos básicos del movimiento aborigen) acusados de corrupción, es indudable que su gobierno ha supuesto importantes avances socioeconómicos en la ciudadanía boliviana: igualdad de derechos civiles tanto para criollos y mestizos como para los amerindios, educación gratuita en todos sus niveles, limitación de latifundios a favor de los agricultores que trabajan sus tierras, control de las actividades de las transnacionales en los sectores de hidrocarburos, minería (litio especialmente), regulaciones para la producción y consumo de la hoja de coca, etc.
Es un maravilla recorrer el altiplano de Bolivia con su blanco Salar de Uyuni de 170 kilómetros de longitud, sus lagos a más de 4.000 metros de altitud inundados de flamencos y gansos, sus mesetas semidesérticas con llamas y guanacos pastando, el colorido increíble de las montañas en las estribaciones de los Andes... y sus gentes, a las que parece que todavía no ha dañado la malicia mercantil.
Aun cuando la cultura quechua, incluido el idioma, supuso la eliminación de otras culturas durante el imperio incaico, existe una etnia, el pueblo aymara, compuesto actualmente por unos dos millones de personas que viven en Bolivia, Perú y Chile, que ha sido capaz de subsistir y mantener sus costumbres. El pueblo aymara ha estado durante siglos inmerso en luchas por sus derechos sobre sus tierras y contra la explotación laboral y tributaria. Con fuerte cohesión étnica sustentada en el uso de su lengua y organización social propia compuesta por comunidades campesinas (ayllus), ha sobrevivido a siglos de explotación económica y aculturación forzada, adaptándose a los más diversos contextos políticos. Superó las dominaciones lingüísticas y culturales incaica e hispana, así como la aculturación occidental consecuencia del predominio económico de las multinacionales en connivencia con las administraciones públicas neoliberales, ya en época republicana con élites criollas y mestizas.
El movimiento aymara ha mantenido su lucha en distintos frentes de acción: cultural, política y social, con frecuencia con connotaciones sangrientas. Ya en el siglo XVIII el ejército guerrillero de Tupac Katar luchó contra el colonialismo español, y siglos después, en 1952, la insurgencia indígena acercó a los aborígenes al poder, en 1969, surgió el movimiento insurgente katarista amerindio que luchó contra distintos gobiernos republicanos y en la década de los 90 miembros aymaras ocupaban cargos ministeriales;para concluir con un presidente en 2006.
Los aymaras, además de reivindicar lo propio, no han descuidado el desarrollo de su formación pedagógica en todos sus niveles, acudiendo a estudios universitarios en medicina, abogacía, docencia, etc. La economía del pueblo aymara se ha sustentado durante siglos en la agricultura y ganadería, básicamente llamas y alpacas;pero en la actualidad es un pueblo abierto al mundo gestionando comercios de productos artesanales que fabrica y vende, que comienza a desarrollar el ecoturismo y a expandir el comercio de sus mercancías y otras actividades mercantiles fuera de su hábitat, y a ejercer como profesionales liberales en distintas disciplinas. El pueblo aymara, en general, no es rico, pero prácticamente todos y todas tienen trabajo y a la mayoría puede considerárseles clase media, si bien su concepto de bienestar social no es el nuestro. Un proverbio aymara dice: “Hay que vivir el presente mirando al futuro pero sin olvidar el pasado”. ¡Todo un ejemplo de arraigo y sostenimiento de sus tradiciones, de su cultura, a través de los siglos! DEIA de España (www.deia.com)

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