sábado, 24 de diciembre de 2016

FELIZ NAVIDAD - Christmas in Vienna 1999 The Three Tenors L.Pavarotti, J.Carreras,P.Dom...

lunes, 12 de diciembre de 2016

DEL BLOG DE ABEL, PARA PENSAR

La nueva guerra de Clarín

diciembre 12, 2016
macri_magneto
Fernando Rosso, director de La Izquierda Diario, tuvo la amabilidad de avisarme que usaba una frase que aparece quizás demasiadas veces en mi blog “el que viva lo verá” en uno de sus columnas. No tengo derechos de autor sobre ella -en realidad, creo que viene de México- pero igual me estimula a tomar su artículo, éste que les copio abajo.
Detalla ahí titulares y noticias de esta última semana que indican que Clarín habría comenzado otra batalla, esta contra Mauricio Macri. Sólo omito algunas de sus frases, y, claro, agrego un comentario al final.
En su tapa del domingo 4 de diciembre, Clarín apunta a la línea de flotación de Mauricio Macri. El diario titula: “El primer año de Macri, con balance de gestión negativa y optimismo para el 2017”, en base a una encuesta realizada por Management & Fit, la consultora de Guillermo Seita y Mariel Fornoni.
Veinticuatro horas después, desde Córdoba, el jefe de Gabinete Marcos Peña, desmintió las cifras que disparó Héctor Magnetto desde su portaaviones el día de mayor tirada: “Los números de Clarín no son nuestros números”, aseguró.
La consultora tiene a Fornoni como su cara pública, pero tiene entre sus conductores a Seita, un “monje negro” no tan conocido por el gran público … El hombre tiene estrecha relación con la conducción político-periodística del diario y logró que su consultora opere como una suerte de oráculo de Delfos, marcando la agenda con sus números mágicos. Por lo menos desde el 2011, es la encuestadora exclusiva de Clarín y el Grupo. Durante los años del “periodismo guerra”, fue objeto de ataques y críticas permanentes asestadas desde el universo kirchnerista que la había rebautizado como Management & Fruit.
Según el estudio, el 52,6 % evalúa negativamente el primer año de gestión presidencial y considera que Macri aún no cumple sus promesas de campaña. Lo llamativo de ese domingo es que Página/12 también publicó números y percepciones de diferentes analistas y sorpresivamente las conclusiones eran más amables con el Gobierno que las de Clarín. Error no forzado que el medio de Víctor Santa María enmendó este sábado, publicando un trabajo de Roberto Bacman de la consultora del Centro de Estudios de Opinión Pública que destaca las cifras desastrosas para Macri y Cambiemos. Santa María, entre otros dirigentes peronistas, acompañó a Cristina Fernández en su viaje a Brasil para una visita a Lula y Dilma Rousseff.
Ya en su edición del sábado 3, Clarín le había apuntado al retiro del Gobierno de Cambiemos en Chapadmalal: “La política se metió en el retiro”, publicó en tapa, poniendo foco en las críticas y pedidos de cambio de rumbo de Emilio Monzó, presidente de la Cámara de Diputados: “Podría ser la foto de un viaje de egresados, pero es la imagen que eligió Presidencia para comunicar la segunda jornada de Trabajo del Gabinete Presidencial. Al costado del camino que lleva al mirador del alicaído por el desuso, pero aun así imponente Complejo Turístico Chapadmalal”, chicanea la nota de página 4.
El lunes 5, también en tapa, Clarín tituló: “El Gobierno aceptaría darles a los piqueteros el manejo de su propia obra social”, la forma de presentar el acuerdo del oficialismo con los dirigentes de algunos movimientos sociales que agrupan a trabajadores informales, hace al contenido: darle el manejo a los piqueteros, no debe caer muy simpático en la “opinión pública” y mucho menos en el núcleo duro de Cambiemos. Apunta al nervio más reaccionario de los votantes que se pueden disputar Macri y Sergio Massa, por decir algo.
El martes 6 tituló, también en tapa: “Massa y el kirchnerismo jaquean al Gobierno con un proyecto único de Ganancias”, mientras que el jueves 8, la nota central destaca la respuesta del oficialismo a Massa, pero en la nota Del Editor que, con el cambio de diseño reciente, aparece en tapa, Ricardo Roa firma un artículo que se titula: “Con los piquetes, Cambiemos es Sigamos” y critica el supuesto “garantismo” del Gobierno con respecto a la protesta social que presuntamente está convirtiendo a la ciudad en un “caos”.
Finalmente, el sábado en otro mensaje Del Editor al lector, otro de los flamantes directores restituidos a Clarín, Fernando González, escribe un editorial lapidario: “La caída en la evaluación de la gestión de Mauricio Macri y en su imagen, que registran la mayoría de las encuestas, tiene una sola explicación. La falta de resultados en la economía real. El impacto directo en el bolsillo que sufren la mayoría de los argentinos por causa de la recesión prolongada desde hace cuatro años y por algunas decisiones del Gobierno que han agravado esos efectos. Hay un verdadero Triángulo de las Bermudas que conforman la inflación todavía muy alta; la fortísima suba de las tarifas de servicios públicos y la reducción timorata del impuesto a las Ganancias. En ese territorio peligroso navega desorientado el Gobierno. Y deberá encontrar pronto el rumbo para poder llegar con chances de triunfo a las decisivas elecciones legislativas de 2017.” El título del artículo es: “El triángulo de las Bermudas de Macri”, muestra a un Gobierno perdido y aunque termina con un suspiro de aliento y esperanza, cualquiera que conozca las reglas básicas del periodismo sabe que lo importante está en el título y el primer párrafo.
Aunque Clarín obtuvo beneficios durante este año (empezando por la pauta), quizá no esté del todo conforme con algunas propuestas de Macri para determinados negocios. Uno de esos es el futuro del Fútbol Para Todos, algunos lo ubican como socio menor de los gigantes Turner y FOX, en una disputa en la que también participa la estadounidense Viacom que acaba de adquirir Telefe. No puede descartarse que el Grupo, después de los servicios prestados, hubiera querido mayores privilegios para las “empresas nacionales”, un eufemismo de interés general para hablar de Clarín.
Además, muestra cierta disconformidad con esa especie de “populismo 2.0” que ejercita el macrismo a través de redes sociales como Facebook, Twitter o Snapchat, para su política de comunicación.
Y en tercer lugar, la apuesta a un recambio político ante un eventual fracaso de la aventura del país atendido por sus dueños, puede estar entre las tempranas visiones estratégicas del Grupo, mirando con cariño hacia la meca de Tigre, donde tiene varios socios vitalicios.
El funcionamiento histórico del Grupo, un fiel representante de la fantasmal burguesía nacional, tiene una regla de hierro: arranca todo lo que puede de entrada y se prepara para el futuro. Quizá el futuro llegó, hace rato. Más aún si aumenta el malestar de su público, no tiene problemas ni sentimentalismos para preparar los papeles del divorcio. ¿Será que se confirmará nuevamente la quintaesencia del magnettismo y la paz habrá sido sólo un efímero momento entre una guerra y la otra? El que viva, lo verá. Lo que es seguro es que en todo esto hay cualquier cosa menos “periodismo independiente”.
Es obvio que Clarín no es “periodismo independiente”. Ningún medio masivo gráfico puede serlo, ni siquiera en términos empresarios. Porque ni la venta de ejemplares ni siquiera la publicidad aseguran los beneficios necesarios. Un diario de masas es el instrumento de comunicación y de formación de opinión de un grupo económico o de un proyecto político. Claro, es preferible cuando existen varios de estos instrumentos, sirviendo a distintos proyectos, y no la aburrida monotonía del “Pravda” de turno.
El punto es cuál es el proyecto en estos momentos del Grupo. En el ámbito político se da por sentado, con algo de superficialidad, que pertenece a lo que Rosso llama “fantasmal burguesía nacional” y que sus intereses son más cercanos a los de, por ejemplo, Techint o los Roggio que a las multinacionales y al sector financiero. Simplificando aún más, se lo agrupa con los “devaluadores”, en contra de los que quieren estabilidad (en inflación, = atraso) cambiario.
Sus intereses, y los del resto del empresariado nacional y extranjero, son más complejos y se entrecruzan. Pero sí es válido ubicarlo entre los que tuvieron reservas desde el comienzo con el “proyecto Macri”, y apoyaron a Sergio Massa hasta que el Mauricio se mostró con claridad como el que estaba mejor ubicado para derrotar al Frente para la Victoria. Y fueron miembros destacados de lo que el candidato del PRO llamó “círculo rojo”, que hacía lobby para que se aliara con Massa.
Eso es historia. Los titulares de este mes no parecen estar dirigidos a apuntalar una candidatura para el 2019, y menos una para el 2017, ¡legislativa! Golpean a este gobierno en el núcleo duro de sus votantes, los que reaccionan con desprecio y temor ante “piquetes” y “planeros”. Encuentro inevitable preguntarme por el objetivo de esta nueva ofensiva de Clarín.

EL EX PRESIDENTE URUGUAYO JOSÉ MUJICA ESTARÁ EL MIÉRCOLES EN UN ACTO EN LA SEDE DEL PJ El Pepe como orador invitado Aunque está convencido de que un político extranjero debe entender la cultura política peronista, el ex presidente uruguayo nunca había sido invitado a la sede justicialista. El miércoles hablará allí sobre “unidad de la Patria Grande”.


domingo, 11 de diciembre de 2016

“Los que se oponen son los que vivieron de la guerra” Hace 40 años que Rodrigo Londoño se sumó a las FARC, y ese día pasó a llamarse Timochenko, como se lo conoce hoy en todo el mundo. En este diálogo con PáginaI12 en La Habana cuenta cómo se llegó al acuerdo de paz, explica las consecuencias del triunfo del NO en el plebiscito y anticipa los siguientes pasos.

Desde La Habana  

Colombia está en guerra desde hace 52 años. El conflicto se desató tras un bombardeo ordenado por el gobierno para sofocar a un grupo de campesinos que reclamaban por la política agraria. Esa decisión, que funcionó como un catalizador para que 48 campesinos y campesinas decidieran conformar las proto Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), fue apoyada por Estados Unidos. Medio siglo después, el delegado por Estados Unidos que participa de los diálogos de paz, Berni Aronson, reconoció que “fue una equivocación política”, dice a PáginaI12 el jefe de las FARC, Rodrigo Londoño, que se rebautizó como Timochenko hace 40 años, cuando se sumó a la guerrilla campesina.
Esa “equivocación” le costó a Colombia 60 mil desaparecidos, más de 200 mil muertos –de los cuáles sólo el doce por ciento son responsabilidad de las FARC, según la ONU–, siete millones de campesinos desplazados y unos cuatro millones de colombianos exiliados. Fue, también, una jugada que aceitó la creación de grupos paramilitares financiados por los sectores económicos más concentrados de Colombia, que sobre la base de esa crisis acumularon extensiones de tierra y se beneficiaron con la industria de la guerra. Allí se cruza también el desarrollo del narcotráfico y su relación con las FARC.
Todo eso se puso en discusión durante los últimos seis años. Fue un proceso complejo, que incluyó el asesinato del máximo dirigente de las FARC antes de Londoño, Guillermo León Sáenz Vargas, alias Alfonso Cano. Esa muerte no frustró la negociación, que había iniciado el presidente Juan Manuel Santos. Así se llegó a un primer Acuerdo de Paz pero fue rechazado en un plebiscito: tuvo una abstención superior al sesenta por ciento y volteó la negociación por menos de medio punto de diferencia (50,21 contra 49,78 por ciento).
Eso tampoco dinamitó la mesa: volvieron a sentarse a negociar, incorporaron algunos de los cuestionamientos de quienes militaron contra el acuerdo y firmaron un nuevo compromiso de paz, que el primero de diciembre fue refrendado por el Congreso. Ahora se abre, coinciden los distintos actores de la negociación, la etapa más difícil: la implementación, que debe incluir una ley de amnistía, una reforma agraria, la vuelta a la vida civil de los guerrilleros y el funcionamiento de un fuero judicial especial que juzgará las responsabilidades de guerrilleros, paramilitares y los miembros del Ejército.
–Hubo varios intentos por lograr la paz pero todos fracasaron. ¿Cómo comenzó esta última negociación?
–Santos mandó una “carta razón”. Le dijo al intermediario “dígales esto y esto” y el hombre escribió textualmente, entre comillas. La carta la mandó el facilitador pero fue entrecomillado lo que Santos quería decir. Lo primero fue una reunión en Colombia, secreta y en la frontera con Venezuela. Los delegados del gobierno entraron por Venezuela.
–¿Qué se habló allí?
–Se definieron los parámetros: dónde se iba a hacer, cuántos y quiénes iban a negociar. Y eso fue duro. Nosotros planteamos que fuera en Colombia. El gobierno dijo que fuera en Suiza, en Brasil. Nosotros cedimos y dijimos Venezuela. Y ellos dijeron que nooo. Y tipo cuatro de la tarde el helicóptero tenía que irse porque empezaba a oscurecer. Nos habíamos puesto de acuerdo en todo menos en el sitio de la negociación. Y teníamos como última carta Cuba. Y cuando lo soltamos, los tipos pegaron el brinco de felicidad y listo (sonríe).
–¿El gobierno prefería Cuba antes que Venezuela?
–Sí. Lo que pasa es que Venezuela sirvió de apoyo. Porque estábamos en plena confrontación y había mucha desconfianza. Y ahí empiezan Cuba y Noruega como garantes. Después se hacen dos o tres reuniones más en la isla La Orchila, en Venezuela.
–¿Aún era todo secreto?
–Sí. Estábamos creando las condiciones para iniciar la etapa exploratoria. Después avanzamos con los levantamientos de las órdenes de captura para que los cuadros se pudieran desplazar. Y estando en eso viene el asesinato de Alfonso Cano (jefe de las FARC, muerto el 4 de noviembre de 2011). Eso nos dejó paralizados. Pero reiniciamos. Ahí es dónde Santos le pide a Hugo Chávez que hable conmigo. Viajé a Venezuela y estuve toda una noche, desde las 8 hasta las 4 de la mañana hablando con Chávez. Buscándole fórmulas y el compromiso de él de trabajar por la paz.
–¿Y por qué creen que asesinaron a Alfonso en medio de las conversaciones?
–Eso deberá explicarlo Santos ante la historia. Hace poco, en Cartagena, recuerdo que charlamos un momento con él y no sé cómo surgió el tema del Alfonso y me dijo “algún día nos sentamos y nos contamos un poco de verdades”. No sé qué me quiso decir con eso pero es una pregunta que tenemos y esperamos alguna respuesta. Si este proceso hubiera contado con la participación de Alfonso hubiera sido mucho más enriquecedor.
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Antes de llamarse Timochenko, Rodrigo Londoño era un niño campesino. Vivía en La Tebaida, un pueblo pequeño, que en la década del 60 tenía unos 5 mil habitantes. Su padre, Arturo, era un campesino semianalfabeto, que había aprendido a leer solo. Había sido liberal y se había vuelto comunista. En las primeras imágenes que ese niño tiene de su padre, lo ve junto a otros hombres, alrededor de una radio de válvulas y escuchando atentamente Radio Habana. Primero seguían el noticiero y luego “Voces de la revolución”. Rodrigo se lamenta de que nunca le preguntó a su padre cómo se hizo comunista pero aún recuerda –sonríe cuando lo hace– que se memorizaba los discursos que Fidel Castro daba en 1964, cuando se iba consolidando la revolución cubana y él tenía 7 años.
“Me memorizaba pedacitos de discurso y me paraba en la puerta de la casa y repetía los discursos de Fidel a la gente que pasaba”, dice Timochenko y se ríe, sentado en un hotel de La Habana, tomando un “tinto”, como le dicen al café bien negro, que es una de las cosas que intentó que nunca faltara en medio del monte. Se tomará más de tres cafés durante la entrevista. Y cuando pida cada uno, lo hará con una sonrisa: pareciera que sólo pensar en el café le provoca placer.
–¿Esa fue la génesis de su comunismo?
–Confluyeron varios factores. Uno era ese. En la escuela primaria empecé a interactuar con un grupo social más grande. Empecé a ir a las casas de mis compañeros. Nosotros éramos pobres pero las necesidades básicas estaban resueltas. Pero iba a casas donde veía que no se almorzaba o no se desayunaba, compañeros que venían con la misma ropa o con ropa remendada. Y veía que había otros que estaban mucho más cómodos. Eso me impactaba. En ese medio voy creciendo.
A los 12 o 13 años ingresé a la Juventud Comunista. Y la militancia implica adquirir conciencia, estudiar, entender el porqué de las cosas. Me gustaba mucho leer. Cuando entré a la escuela ya sabía leer. Mi mamá me enseñó. Desde muy jovencito me leí todas las obras de Marx, Lenin y Engels. Me imagino que entendí muy poco (se ríe) pero sí la explicación de lo que es la explotación.
–Para ese momento las FARC ya eran una organización en pleno funcionamiento.
–Ya escuchaba hablar de Marulanda. Y no se me olvida nunca que mi papá me ponía a leerle el diario El Tiempo y recuerdo que una vez le leí la historia de un combate, que era narrado por el Ejército. El título era “Mi cabo se batió como un tigre” y era un tipo contando cómo habían peleado con la guerrilla. Estaba el gobierno de Salvador Allende, en Chile, que alentó mucho la lucha popular. Pero después vino el golpe y vino la decepción. Y ya empezaba a estar en las campañas electorales del Partido. Y me había ido de mi casa. Consideraba que debía dedicarme a pelear por esas ideas pero no tenía en claro cómo. Ya escuchaba sobre los desaparecidos. Un día escuché a un compañero diciéndole a otro que “eso de las elecciones para qué, que había que ir a la lucha armada”. Tuvieron una discusión. Yo estaba al margen pero escuché que le dijo “bueno pero si quiere echar plomo dígalo que lo mandamos para allá”. Ahí me llamó la atención eso. Entonces le dije que quería ir.
–¿El PC era parte de las FARC?
–Tenían los contactos. Sabían con quién había que hablar. No eran lo mismo pero el PC colombiano apoyó los inicios de la lucha guerrillera.
–¿Y qué pasó?
–Eso generó inquietud (en el Partido). Yo ya era miembro de la Dirección Regional de la Juventud Comunista de El Quintío. Tenía 17 años. Estaba en el segundo bachillerato. Y ahí es dónde tomé la decisión. Y me mandaron un guerrillero de unos 30 años a que hablara conmigo. Me dio una charla como para que yo no fuera para allá: “eso es muy duro, van a aguantar hambre, se tiene que olvidar de la familia”. Yo dije “ya la decisión está tomada, yo me voy”. Así llegué a la guerrilla.
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Cuarenta años después de que entró al monte, Timochenko tiene la posibilidad de volver a llamarse Rodrigo Londoño. Lo mismo le ocurre a otros siete mil guerrilleros, a un número indefinido de militantes del Partido Comunista Clandestino de Colombia (la organización política que las FARC crearon hace unos años) y a otros tantos grupos de apoyo. “Ninguna guerrilla puede sostenerse sin apoyo de masas”, dice Timochenko para dejar en claro que su supervivencia no fue obra del destino sino de “hacer política y utilizar las armas”.
Pero lo que puede cambiar en los próximos años es la realidad colombiana. Por eso hay tantos actores jugando en favor de la paz. Y, por los mismos motivos, hay otros que operan en contra.  
–¿La Iglesia colombiana participó?
–Uno de los factores que me llamó la atención fue el poco compromiso de la Iglesia a lo largo del desarrollo del proceso. Ahora, después del plebiscito vino a Cuba la alta cúpula de la Iglesia, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga vino acompañado de otros obispos. Fue una charla importante, interesante.
–Pero ya con el proceso bien avanzado.
–Sí. Pero hace falta. Y aseguraron que se van a meter en función de la implementación. Y hace falta porque Colombia es de tradición católica y en todo pueblo hay un cura y su papel es muy importante.
–En Colombia tuvo fuerza al Movimiento de Curas del Tercer mundo. Allí se hizo la conferencia de Medellín.
–Hay diversas tendencias. El obispo de Cali, Rubén Darío Monsalve, estuvo comprometido.
–¿Y el papa Francisco?
–Nos ha respaldado. Se ha mantenido una relación más o menos fluida con el Vaticano. Se han mandado cartas y ha mandado el apoyo en distintos momentos. Incluso tenemos entendido que, pese a que fue invitado por Santos, dijo que el compromiso de ir a Colombia es si se logra la paz. Y ahora iba a ir Santos a Roma de regreso de Oslo.
–Después de recibir el Premio Nobel de la Paz.
–Sí.
–El premio se lo dieron sólo a Santos pero hay dos partes en la negociación.
–(Se ríe.) Eso tendrán que explicarlo los que lo han hecho. A nosotros no nos motiva eso. El mejor premio que uno, como revolucionario, puede tener es lograr los objetivos que nos hemos propuesto: si  logramos consolidar este proceso, si logramos la implementación de los acuerdos y se generan las condiciones para erradicar la violencia de la vida política del país, ese es el mejor premio que le podemos dejar a las futuras generaciones.
–¿Quiénes se oponen a este acuerdo?
–Los que han vivido de la guerra. La guerra es un negocio que produce mucha plata, ha permitido mantener el dominio y ha impedido el surgimiento de movimientos sociales y populares. Y como se han beneficiado tanto de la guerra es normal que no quieran que eso salga a la luz. Hay gente que se ha enriquecido. Se apropiaron de extensiones de tierras, la industria armamentista. Esos sectores están resistiendo al proceso.
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Durante la negociación, el ex presidente Uribe fue el principal crítico del acuerdo. Hizo una campaña fuerte en contra del proceso que inició su ex funcionario y actual mandatario, Santos. Incluso se negó a sentarse a la mesa de negociaciones para sumar sus críticas y buscar caminos de consenso.
Lo que se juega en estos días no es sólo la paz, es la posibilidad de que las FARC entren al sistema político y disputen poder en las próximas elecciones de 2018. Para ello falta aún poco más de un año, que será bastante largo pero ese tiempo permitiría también organizar algún tipo de fuerza electoral.
–¿Cuándo será el momento de volver a dialogar con Uribe?
–Eso está en el campo de la especulación. De todas maneras, depende de él mismo. Desde el inicio del proceso, a través de terceros, insistimos en que se vinculara pero siempre se negó. Hasta último momento, que se le hizo un llamamiento público. Incluso después del plebiscito él dijo que no tenía nada que venir a hacer a La Habana. Pero después comenzó a pedirnos que lo recibiéramos pero ya le dijimos que no. No había nada que hablar. Las cosas tienen su momento pero no descarto que en la dinámica de la política nos pongamos a buscar acuerdos en función de sacar adelante este proceso.
–¿A qué se refiere con una “paz verdadera con justicia    social”?
–Por ejemplo, el desarrollo del campo. Tenemos un potencial agrícola de 14 millones de hectáreas pero sólo se usan 4 millones. Y un potencial ganadero de 19 millones de hectáreas y se usan 30 millones, y eso debe cambiar. Están usando la tierra que es para agricultura en ganadería extensiva. Estamos importando el 50 por ciento de la comida cuando en los años ‘80 no necesitábamos importar un sólo kilo de comida. Eso fue un debate porque el gobierno hablaba de “seguridad alimentaria” y nosotros hablábamos de “soberanía alimentaria”: una cosa es tomar la comida de dónde uno quiera y otra, muy distinta, es producir la propia comida.
–Los partidarios del No no querían que puedan acceder a cargos electivos.
–(Se ríe.) No tiene sentido. Vamos a dejar las armas a un lado para dedicarnos a hacer política.
–Van a tener 5 cargos en Cámara de Representantes y 5 en el Senado. ¿Eso es automático?
–Sí, un mínimo de 5 y 5.
–Para el 2018 propone un “gobierno de transición”.
–Es una idea que lanzamos a la discusión porque los del NO ya están haciendo campaña. Álvaro Uribe está por Estados Unidos presionando y buscando apoyos. Por eso, los que queremos la paz debemos empezar ya. Y uno de los grandes problemas que tenemos en el movimiento popular es que estamos muy dispersos. Pero, además, en esta confluencia por la paz hay muchos sectores, que confluyen en eso pero tienen intereses distintos o visiones distintas. Unámonos en función de este objetivo.

EL SECTOR TEXTIL, ENTRE SUSPENSIONES Y DESPIDOS POR LA APERTURA DEL MERCADO La silenciosa extinción de una industria Una recorrida por el polo textil de San Martín revela el silencio de las fábricas, los telares parados, los despidos, las “vacaciones” obligadas, el dumping de importados. Una agonía que todavía no estalló.

Esta semana despidió a cinco trabajadores. Les pagó un 150 por ciento de indemnización para que firmaran los telegramas de renuncia. Y dice que le sigue sobrando gente.
Hasta el año pasado, cuenta el dueño de la textil, su fábrica trabajaba en tres turnos, con el triple de empleados de los que hoy quedan y doce telares en producción. Ahora, en esta calurosa tarde, los doce están parados. Al interior de la planta -dos grandes galpones con techos de chapa de medio punto- sólo entra el ruido de la calle. Entre las máquinas inactivas solamente se ve a  un operario, barriendo. Da la impresión de que nunca hizo otra cosa que pasar la escoba. El piso está sin una hilacha, limpísimo, reluciente. Ni la marca de una pisada.
La apertura indiscriminada de las importaciones, la reducción del mercado interno y el alza de las tarifas del agua, luz y electricidad fueron golpes, uno tras otro, que dejaron tambaleante, grogui, a esta fábrica de telas ubicada a pocas cuadras de la General Paz, en el partido de San Martín.
El viaje al distrito responde a una razón. Acá está el polo textil de mayor desarrollo del conurbano bonaerense. San Martín tiene 252 industrias del ramo, más que La Matanza, la segunda en el ranking en cantidad, y que Quilmes, el otro gran centro de producción del gran Buenos Aires.
Lo que está ocurriendo en esta planta –como en muchas otras de las del municipio– da una idea de cómo está siendo afectada la industria textil del país. Las estadísticas de empleo advierten que el sector es uno de los que más puestos de trabajo perdió, superado sólo por la construcción y la industria metalúrgica. De acuerdo al CEPA,  los textiles ya tienen casi quince mil trabajadores afectados por despidos o suspensiones.
Todo un número, y la pregunta es: ¿dónde están las señales? Porque desde afuera, en la calle, todo parece igual que siempre.

Goteo

La primera fábrica textil está en medio de una zona industrial, en unas manzanas de galpones y depósitos entre los que creció, ya hace unos cuantos años, una pequeña villa. El auto llega sin encontrar una calle cortada. Ni  hay pintadas en las paredes.
Tampoco es frecuente, para nada, que un empresario acepte dar una nota en la va a tener que contar que despidió gente. Sin embargo, el dueño de la textil recibe a PáginaI12 y pide solamente que no se identifique su marca. Una vez que empieza a hablar, no para. Se lo ve acelerado y a la vez impotente.
Tiene una fábrica de telas (hace toallas y tapizados). Con producción plena, como hasta el verano pasado, daba trabajo a treinta personas de manera directa y a más del doble de manera indirecta, en el resto del proceso, porque la producción textil está segmentada. Poniendo el caso de una toalla: la fábrica recibe el hilo de Corrientes y en sus instalaciones lo convierten en tela, luego encarga a una tintorería industrial el lavado y teñido o estampado. Para tener el producto terminado falta todavía el taller de confección. En este camino, se suman unos 60 o 70 puestos de trabajo indirectos.
¿Por qué hoy no producen? El consultado apunta contra la importación. Fabricar un metro de tela, sostiene, le cuesta un dólar. Mandarla a terminar –el proceso de lavado y teñido– suma otro dólar más. “Pero están importado tela de China a un dólar el metro, como costo final. Por supuesto con dumping. Y no digamos cuánto pueden cobrar los que trabajan en esas fábricas”. Con este esquema no hay modo de que su actividad sea rentable.
A lo largo del año, mientras pensaba cómo rediseñar la producción –aunque hoy dice que no ve una salida– fue achicando el personal.
–Esta semana despedí a cinco y me sigue sobrando gente. Les ofrezco el doble de indemnización y me dicen que no… Es gente que ya vio lo de Menem. Esto no es como en el noventa, no queda nadie con el sueño de comprarse un auto y hacerse remisero.
Agrega que en los primeros meses de esta crisis siguió produciendo para estoquearse. Fue una medida que esperaba transitoria, durante la que empezó por sacar a los empleados que habían cumplido la edad jubilatoria. Le siguieron los otros.
–Tristísimo. Me da mucha tristeza y me da vergüenza, también.

Respuestas

La sede de la Asociación Obrera Textil (AOT) está ubicada en el centro de San Martín, a pocas cuadras de la municipalidad. Esta seccional tiene un padrón de 3500 trabajadores. No son sólo de este partido, muchos de los trabajadores en la industria textil local llegan desde otros municipios del conurbano, por regla más pobres, como Moreno, José C. Paz y San Miguel.
Los datos del gremio indican que en el distrito hay cincuenta empresas que dieron vacaciones anticipadas, que se suman a cuatrocientas suspensiones y trescientos despidos. Tres fábricas cerraron definitivamente: Edolán, Broderie Suizo y Jardena S.A. Otras están en una situación de incertidumbre.
María Victoria Olalla, titular de la AOT San Martín, cuestiona al sector patronal. “La caída de la industria textil viene de la mano de los grandes empresarios. Los trabajadores no somos los importadores”, advierte.  “Los empresarios de la FITA (la cámara) se sacaron la foto para el pacto antidespidos y al día siguiente estaban echando gente. Nosotros tenemos el mayor padrón del país de la AOT, y en menos de seis meses se nos cayeron quinientos compañeros”.
¿Y el gremio qué hace? Olalla responde que ante el riesgo de cierre,  están limitados para tomar medidas. “No voy a llamar a un paro cuando están amenazando con bajar la cortina”. Sólo lograrían habilitar nuevas suspensiones sin pago.
El sindicato viene haciendo denuncias públicas y planteando el tema ante el gobierno. En octubre, ante las presiones que incluyen también a un sector del empresariado, por ejemplo el PyME, el  ministro de Producción Francisco Cabrera convocó a un encuentro en el que se suponía iba a anunciar medidas para el sector. Pero el evento se centró finalmente en una explicación detallada de las nuevas normas técnicas para poder importar.

Números

De la mano de las suspensiones y despidos viene el disciplinamiento. Los que quedan (vale la pena remarcar que en términos nacionales, apelando nuevamente a los datos del CEPA, hay once mil suspensiones contra tres mil despidos), aceptan condiciones de trabajo o de pago que los precarizan. Y ¿hay que recordar que la textil, en la Argentina, es una actividad sumamente precarizada, con sectores –como el de los costureros– ampliamente denunciados por el trabajo esclavo?
Entre los que entran al sindicato a hacer consultas o trámites está Alberto Salazar. Trabajador de una tintorería industrial, cuenta que le deben la mitad de la quincena y que ya despidieron a quince de sus compañeros, ocho de ellos en noviembre. Le echa la culpa al patrón. “Con el padre esto no pasaba”.
También en la primera de las fábricas visitadas, Juan Carlos –un tejedor– se queja con amargura. “Los números de los despidos no dicen la verdad”, indicó. “Mis compañeros agarraron retiros. Es cierto que les hacen una oferta generosa y les pagan casi el doble de un despido. Pero en la estadística, ellos no aparecen”.  
Es una crisis que avanza sin estallidos. Y en gran parte, esto se explica  porque todo el mundo está aguantando en estos términos. No hay cierres en cadena –al menos no todavía– sino la multiplicación de suspensiones, vacaciones anticipadas, despidos por goteo. Recursos con los que tratan de pasar el verano con la esperanza de un cambio de políticas. Porque a fin de cuentas, estamos en la Argentina: Martínez de Hoz, la hiperinflación de Raúl Alfonsín, el menemismo, el 2001 son hitos a los que todos los entrevistados mencionan en algún momento.

Partido al medio

La segunda fábrica, más metida al interior del distrito. Allí el dueño apunta contra la caída del consumo. Es fabricante de telas para camisas y otros tejidos planos. En su caso, los confeccionistas le mandan el hilo y retiran la tela terminada.
Su producción bajó un cincuenta por ciento con respecto a 2015, por lo que tiene a la mitad del personal suspendido. Está rotándolos: en noviembre y diciembre, la mitad se quedó en casa cobrando medio sueldo. A fines de esta quincena van a reincorporarse y le tocará a la otra mitad no ir a trabajar. Después va a darles vacaciones.
“Las ventas están paradas porque lo primero que recorta una persona cuando no hay plata es la compra de ropa. No hay a quién venderle si no hay consumo”, remarca el empresario PyME. Y pregunta: “¿hace cuánto que usted no compra ropa?”
Medio sueldo es menos de lo que marca la ley por una suspensión. En la fecha de cobro, se presentan y firman como si estuvieran recibiendo el total. Es posible que tampoco entren a la estadística como suspendidos. Lo acordaron porque lo prefieren a un despido.
–¿Y en su caso? ¿Por qué no los despide?
–¿Y dónde encuentro otros, si los echo? Una persona no puede entrar a trabajar así nomás… necesita 6 o 7 meses hasta que aprende. No existe ningún trabajador textil sin especialización, porque el trabajo en las urdimbres requiere sacar cuentas, hacer números… no es que puede venir cualquiera. Y a los que tengo, los conozco. Son cumplidores. Cuando tienen que meterse acá doce horas seguidas, trabajan.
Entonces, tiene la expectativa de seguir. Rotando y dando vacaciones aguanto hasta marzo… y ahí veremos. Estoy poniendo ahorros, pero no voy a rifar el patrimonio de toda mi vida.
Acompaña a PáginaI12 hasta la puerta. En la planta, otra vez las señales de inactividad: hay solo dos operarios que acomodan cilindros de telas del depósito. Afuera, el contraste: el día de tránsito caótico y calor agobiante.
La última parada del viaje es uno de los hipermercados del distrito. La hoja de publicidad trae ofertas navideñas. Entre las textiles hay productos argentinos, en general de prendas con mayor confección, como trajes de baño, ropa interior y remeras. Pero es un sector recortado sobre el que avanza otro mucho más amplio toallas (origen Brasil, cuarenta por ciento de descuento), medias (origen China, 35 por ciento de descuento), juegos de sábanas (Pakistán), delantales (chinos), almohadones (India). Otras páginas tienen al pie una aclaración general: “todos los productos son de origen chino salvo los específicamente indicados”.
Cuando esos productos pasen por caja, el trabajo de 80 a 100 personas que tejían, estampaban y terminaban habrá sido reemplazado por el de tres administrativos que gestionan importaciones. Como se sabe, habrá también menos gente que las compre.
Los comercios minoristas acumulan once meses consecutivos de retracción de las ventas. El rubro textil es el de los más afectados. Los datos son de CAME, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa. La entidad precisó que “ni los descuentos, ni las posibilidades de financiamiento en cuotas sin interés, ni las ofertas atractivas del mercado, lograron despertar el consumo de las familias, que siguió planchado y muy medido”.

martes, 29 de noviembre de 2016

II. - EVITA RESUCITADA. FOTOS OBRA DE TEATRO


 Todo un relato apasionado, con ese poner el cuerpo de los actores y la sensacion de nos arreglamos con lo que tenemo´, que da la Coreografia,

No es solo un relato como ya se imagina en Vicente.

Hay una partida emocionada, esperanzada de los espectadores y que lindos los tremendos aplausos.

Es tarde para recomendar, como estas fotos, peor seria que queden archivadas con destino incierto.








EVITA RESUCITADA. UNA PASION CONTADA POR VICENTE ZITO LEMA

 Fue en el IMPA, una Fabrica Recuperada, entre paredes con olor a Taller de Fierros, metalurgica de las de antes, con una historia y muchas entre sus paredes, la calle y el corazon de todos los que hoy la habitan y por alli pasaron.

 Existia otro lugar para la Obra...

Emocion, lagrimas, encuentro con amigos, que lindo ver a los pibes...!

Todo a lo Vicente.







lunes, 28 de noviembre de 2016

PAGNI Y LA NACION AVISAN. Dos desafíos para Macri: las fallas de gestión y un PJ más duro

Mauricio Macri enfrenta, a un año de haber asumido el poder, una crisis relacionada con la imposibilidad de alcanzar algunos objetivos de gestión. La falta de una estrategia judicial definida no sólo está agravando el conflicto con Elisa Carrió, una de las fundadoras de la coalición gobernante. También desnuda los problemas de funcionamiento del Consejo de la Magistratura, que inquietan cada vez más al Presidente.
En el Senado, el PJ sometió al oficialismo a dos derrotas simultáneas. Liquidó la reforma electoral y un nuevo régimen de cobertura de los riesgos del trabajo.


En este contexto, Macri y sus colaboradores se internarán el jueves en Chapadmalal con un doble desafío. Por un lado, identificar las razones por las cuales el propio sistema de trabajo conspira contra la eficacia de la gestión. Por otro, diseñar una estrategia para enfrentar una novedad que acaba de irrumpir: un peronismo que ha pasado de su fase servicial a otra dominada por la disputa de poder.
Carrió sigue desafiando a Macri a definir una agenda institucional. Encarna esa exigencia denunciando a dos personas: el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, y el presidente de Boca y gestor del Presidente en Tribunales, Daniel Angelici. La tensión con Lorenzetti no decae. Su última manifestación ocurrió el miércoles, en la Recoleta. Carrió llegó al funeral de Carlos Fayt, se plantó frente a Lorenzetti y, quitándose los lentes negros que llevaba, le clavó la mirada durante varios minutos, para incomodidad de los que asistían a la escena mientras esperaban la llegada del féretro. El entredicho con el presidente del máximo tribunal promete convertirse en uno de los ejes principales de la campaña electoral.


Las denuncias de Carrió llenan el vacío de una gestión judicial sin logros. Macri está molesto con la falta casi absoluta de renovación. Después de almorzar con la diputada, consultó a Germán Garavano y Ernesto Sanz. Fue el martes pasado. El miércoles, dialogó en Olivos con Pablo Tonelli, representante de los diputados de Cambiemos en el Consejo de la Magistratura. El Presidente está frustrado con los escasos resultados de esa institución. Le explican que se debe a las dificultades de Juan Mahiques, el representante del Poder Ejecutivo promovido por Angelici, para formar una mayoría homogénea.
Macri puso a Mahiques bajo la lupa. Pero el problema no es Mahiques, sino la multiplicidad de gestores de la política judicial. Garavano compite en su trabajo con Mahiques, Angelici, Rodríguez Simón, Torello, Clusellas y hasta Sanz. La diversidad refuerza el enigma que propone Carrió: ¿cuál es la propuesta institucional de Macri?


El interrogante se extiende a muchos otros planos. El método de Macri es la fragmentación. Es fóbico a la delegación de autoridad. Por eso su equipo prescinde de dos roles. Carece de un jefe de Gabinete y de un ministro de Economía. Marcos Peña es un dirigente valiosísimo. Honesto, talentoso, profesa una concepción original de la política. Pero es un ministro de comunicación estratégica. No alguien en quien el Presidente delegue la gestión cotidiana. Es decir, no es un Larreta. Y es probable que no lo quiera ser. Macri intentó compensar esta peculiaridad subordinando a Peña a Mario Quintana y Gustavo Lopetegui. Dos semi-Larreta. Son excelentes managers. Y trabajan hasta la extenuación. Pero su papel es, hasta ahora, confuso. Para los ministros, que son 20, no está claro si Quintana y Lopetegui son jefes o facilitadores.
Este fraccionamiento se agudiza porque Macri debe superar innumerables dificultades económicas renunciando a tener un ministro de Economía. Es por el temor a que Alfonso Prat-Gay se convierta en una estrella. "Ya lidié con demasiadas estrellas en el fútbol, de Maradona a Riquelme", suele explicar. Es una visión candorosa: en países inestables, es inexorable que los que resuelven las crisis se transformen en Maradona o Riquelme. Corresponde a la sabiduría de los líderes administrar ese fenómeno. Salvo que, a lo Franco Macri, el Presidente prefiera sacrificar metas estratégicas con tal de no ceder autonomía a sus colaboradores.
La cautela frente al peso específico de Prat-Gay aconsejó a Macri pulverizar la política económica. Prat-Gay maneja las cuentas públicas y su financiamiento. Pero los precios están en manos de Francisco Cabrera y Miguel Braun, en Producción. Las tarifas son fijadas por Juan José Aranguren y Guillermo Dietrich. Y las relaciones con las provincias, que se regulan con recursos del Tesoro, pasan por Rogelio Frigerio. El ministro del Interior tiene en su organigrama Obras Públicas, a cargo de Daniel Chaín. Y Susana Malcorra gerencia el comercio exterior a medias con Cabrera.
Este modelo es una respuesta, no la única, a la pregunta de por qué no arranca la economía. Sobre todo si se le agrega otra dificultad: la presencia de un banquero central, Federico Sturzenegger, con una visión de la dinámica económica muy divergente de la de Prat-Gay. Sturzenegger ordena la política monetaria sin otro criterio que la inflación. Prevé que la caída de los precios reactiva por sí sola la economía. En Hacienda creen que, dado que la caída de los precios parece irreversible, el Central debería haber evitado que se consolidara la recesión estimulando la reanimación con una baja de tasas, que recién se produjo en las dos últimas licitaciones de Lebac. Sturzenegger inquieta a los políticos. Hasta Carrió critica la política monetaria.
La dispersión se advierte en casi todas las materias. Y obliga a esfuerzos de coordinación casi siempre estériles. Ejemplo: el Ministerio de Telecomunicaciones aún no pudo dictar un nuevo decreto de desregulación, correctivo del que se conoció en enero. ¿Quién es el apoderado del concepto en esa área? ¿Oscar Aguad? ¿Héctor Huici? ¿Miguel de Godoy?
El verdadero jefe de Gabinete es Macri. Pero la multiplicidad de gestores plantea un interrogante que excede a su método. Se refiere a su visión, a su concepto. Quien mejor lo formuló fue Marcelo Longobardi el viernes pasado, al preguntarse: "¿Quién es Macri? ¿Es un presidente que, rodeado de personas competentes, administra una situación crítica? ¿O es el líder de una generación que decidió cambiar la historia de este país?". En otras palabras: ¿tiene un proyecto alternativo o se limitará a sacar del atolladero a una Argentina peronista a la que el kirchnerismo dejó en un atolladero? La incógnita refiere al problema que plantea Emilio Monzó: la identidad y consistencia de Cambiemos. En 2004, frente a las prevenciones de un banquero español, Néstor Kirchner contestó: "No mire lo que digo. Mire lo que hago". En muchísimos frentes Macri debe apelar a lo contrario: "Miren lo que digo. No miren lo que hago".
El problema se ha vuelto urgente porque el peronismo ha abandonado la etapa cooperativa que suele conceder cuando quien controla la Casa Rosada le es ajeno. El período en que Menem acompañaba a Alfonsín o Ruckauf a De la Rúa. Ahora el PJ adoptó un modo más agresivo que dominará al menos hasta las elecciones. La primera señal la dio José Luis Gioja al tratar de boludo al Presidente en un video viralizado. Fue la señal retórica de varias decisiones que sorprendieron al Gobierno. Una de ellas fue el rechazo de la reforma electoral sin negociación alguna. Dominado por los veteranos Gildo Insfrán y Carlos Verna, los gobernadores ni siquiera comunicaron a Frigerio que voltearían la medida. Apenas informaron a Miguel Pichetto, su gerente en el Congreso. Los tuits que Macri y Frigerio venían emitiendo mostrando reuniones con peronistas sonrientes, discutiendo una reforma "para que los argentinos puedan votar mejor", deberían ser borrados cuanto antes. Un detalle: ¿es verdad que las máquinas ya se compraron y esperan en la Aduana?
Con la misma hostilidad, la CGT instruyó a Pichetto para no aprobar la reforma del régimen de ART. Ni siquiera intervinieron los sindicalistas. Bastó con sus abogados laboralistas, afectados por una reducción del costo judicial. Gustavo Morón, el superintendente de ART, que había asegurado al gabinete que había un acuerdo, no se recupera del golpe. Macri tampoco.
Un conflicto similar desnudó la ley de emergencia social. Los movimientos sociales amenazaron con un proyecto que costaba $ 130.000 millones, para arrancar a Macri un aumento de $ 30.000 millones. La administración central tuvo que recortar programas. Y concedió algo más estructural: la transformación de esas ligas de piqueteros en sindicatos de pobres que coadministran la política social.
Los gobernadores colaboraron con Macri cuando eso significó colaborar con ellos mismos: habilitándole el instrumental del financiamiento. Gracias a esa ayuda, recibieron una masa impresionante de recursos. Aun así, el déficit consolidado de las provincias se duplicó respecto del año pasado. A los sindicalistas se les reconoció una acreencia con las obras sociales de $ 30.000 millones. Los movimientos sociales han recibido de Macri y de María Eugenia Vidal muchísimos más fondos que con Cristina Kirchner. En los tres frentes el PJ se encuentra con la misma ventaja: la dispersión de los negociadores.
Cuando era gobernador, Ruckauf le advirtió al entonces jefe de Gabinete Chrystian Colombo: "Con nosotros tenés que pagar en cuotas y cobrar al contado". Macri hace al revés. Pero es intrascendente. El enigma más relevante es si el Presidente podrá enfrentar a un peronismo que muestra los colmillos con el único recurso del manual de Durán Barba, para quien las viejas burocracias políticas o gremiales son inofensivas, entre otras cosas, porque han muerto.

lunes, 17 de octubre de 2016

MEMPO SUMA Y SIGUE: NUEVAS MAYORIAS, LA CONSTITUCION, LA TIERRA...

En su habitual columna de los lunes, hoy nos acerca

 la tierra

El pico del conflicto con las Patronales Agropecuarias hizo que se hablara de este tema y poder
Economico y Politico.
Hubo un avance del INTA y con INTA.
Los Raffo, Martin Tellechea y muchos militantes trabajaron y caminaron el tema de La Agricultura con Agricultores.
Dentro de Federacion Agraria, Canpo, La Via Campesina, El Mojade, en muchos Pueblos Y Ciudades estuvo planteado la Cuestion.
seria muy bueno, en este remontar la cuesta arrancar teniendo como un tema a tratar y resolver
en la relacion de fuerzas que sepamos conquistar.

domingo, 16 de octubre de 2016

LA CONSTITUCION DEL 49 -- Y SERAN PASOS HACIA UNA NUEVA CONSTITUCION...?

Fue en la Libreria Punto de Encuentro, Av. de Mayo 1100, con tres Autores de Libros sobre la Constitucion del 49.
Con el Discurso en Atlanta de Mempo Giardinelli fresco aun en todos nosotros.
La Constitucion del 49, su gran Articulador, Arturo  Sampay, son hechos y hombres malditos de la Historia escrita por los que ganan.
Mempo y otros hablan de una nueva Constitucion como Garante de que los cambios no sean borrados de un toque como nos da un poco la sensacion...
Hay que recordar, asi lo hicieron los expositores, Marcelo Koing, junto con los otros dos autores, que la Constitucion del 49, fue derogada por un Bando Militar.
Bueno el Debate, el tener este Tema como parte de la Construccion de una nueva Mayoria, para volver y otras tareas pendientes...

lunes, 10 de octubre de 2016

SOJA, REPRESAS Y DIU LIAN -- Por Nestor Restivo



A las mismas horas que en Argentina se conocía que durante los últimos meses las compras de aceite de soja por parte de China se habían suspendido casi totalmente, un interlocutor oriental hablaba por videoconferencia con su par argentino más o menos en estos términos.

En Beijing (algo ansioso): -¿Ya pueden comenzar las obras?
En Buenos Aires (algo incómodo) -No, falta una autorización del Gobierno.
En Beijing: -¿Pero no se renegoció todo y estaba ok?
En Buenos Aires: -Si, dijeron eso.
En Beijing: -¿Y entonces, por qué no empiezan las obras?
En Buenos Aires: -Porque en el gobierno dicen que falta una aprobación.
En Beijing: -……

La famosa paciencia china tambaleó entonces, o bien ya se cumplió por diez meses. Pero, ¿cuánto más? La obra son las represas de Santa Cruz, a cargo de la china Gezhouba y la argentina Electroingeniería, que sigue parada pese a que el gobierno, como vino informando Dang Dai, tras un primer amague de paralizarlas las renegoció en cuanto al monto, cantidad de turbinas, plazo de entrega, propiedad estatal y no provincial y algunas cuestiones técnicas más (ver aquí).
Cancillería y el ministro de Energía, Juan José Aranguren, ya dieron el ok. Pero el de Medio Ambiente, el rabino Sergio Bergman, sigue empecinado en demorarla. Para muchos, la suspensión de compras de aceite de soja por parte de China (uno de los principales rubros de la canasta exportable argentina, de por sí muy poco variada, y el que al menos tiene algún valor agregado sobre el poroto que se exporta a granel), es una represalia china por la demora en las represas. Alimenta esa teoría el hecho de que los importadores chinos son estatales, o sea, siguen órdenes de arriba.
Para otros, es un tipo de vendetta pero por otra cosa: las quejas de empresarios argentinos al comercio bilateral en general, y una advertencia a lo que podría hacer frente a ellas el gobierno. Dang Dai consultó a fuentes oficiales de ambos lados y rechazan esas teorías. Argumentan temas de mercado, como el hecho de que China está tratando de utilizar más su propia capacidad instalada de producción aceitera o bien un tema de precios (ver asimismo en esta misma página la opinión el consejero económico Zhai Chengyu a La Nación)
Pero volviendo a las represas. Licitadas durante el kirchnerismo, ya tienen una grado de 15% de ejecución de obra. Es el piso al que quiso llegar China porque a partir de él ya podría reclamar una indemnización si el trabajo se detuviese definitivamente, un escenario improbable. Pero Gezhouba, la gigantesca constructora que hizo la represa más grande del mundo, Tres Gargantas en la propia China, y que tiene intereses globales, sufre lo que en China es una base fundamental a evitar en su cultura de negocios: el llamado diu lian, o “perder la cara”, es decir sufrir una lesión a su reputación. En el mundo competitivo de la cultura empresaria el costo de reputación es altísimo. Más en China.
En el verano pasado el presidente del Banco Chino de Desarrollo, Zheng Zhijie, vino sigilosamente a Buenos Aires y a Santa Cruz a ver in situ qué pasaba. Luego trascendieron cartas que ése y otro banco financista de la obra le enviaron al ministro de Hacienda Prat Gay. El mensaje en ambos casos fue el mismo: si se caen las represas y por tanto el crédito, se cae también el financiamiento de la otra gran obra china en el país, la del ferrocarril Belgrano Cargas, así como el swap de monedas con el Banco Central y otros proyectos, porque hay lo que se llama cross default. Todo está atado. Y los chinos parecen estar cansándose. El acuerdo por las obras hidroeléctricas y otros tienen la firma y el sello del presidente Xi Jinping, es decir, del líder de la segunda economía mundial, que ya dos veces vio a su par argentino Mauricio Macri y le dijo que comprendían el cambio de gobierno y sabrían esperar. Pero no eternamente.
Con el tren de cargas también pasa algo curioso. Quien está a cargo, el tucumano José Cano, está tan ajeno a la importancia de la relación bilateral que ni viene a Buenos Aires a hablar con otros funcionarios (quizá, se comenta, porque no le dieron cargo y presupuesto de ministro, aunque sí un cierto equivalente). Hasta tuvo recientemente un durísimo cruce con el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey. Ambos se intercambiaron críticas por el manejo del Belgrano Cargas, por el cual las provincias del Norte tienen especial interés para mejorar las alicaídas economías regionales y la posibilidad de mejorar su movilización y exportación tanto por el Atlántico como por el Pacífico. Y China-que también tiene interés estratégico en esa obra, que financia- observa azorada.
Volviendo a la soja , en lo que va de 2016, según el sitio Valor Soja, el primero en alertar la suspensión china, se declararon exportaciones argentinas de aceite de soja por casi 3.200 millones de dólares, pero prácticamente nada fue a China, sino a India, Egipto, Bangladesh, Perú, Argelia e Irán. China sí compró a Brasil o Ucrania, y argumentó que buscaba otros aceites, pero se olía a represalia.
Ya en 2010 hubo una situación similar cuando la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner canceló de improviso un viaje a China (luego finalmente lo concretó, ese mismo año) y se comenzaron a aplicar medidas antidumping contra importaciones chinas. También ahí el país asiático suspendió sus compras de soja, arguyendo que había niveles de solvente no aprobados. Se tardó varios meses en restablecer los embarques.
En un reciente encuentro en la Universidad Nacional de Tres de Febrero para presentar un libro sobre China, la economista Marta Beckerman y otros presentes se preguntaban por qué siendo Brasil y Argentina los dos principales abastecedores de soja a China, junto con Estados Unidos (el cuarto, Ucrania, viene muy atrás), y siendo ambos además socios del Mercosur, no han trabajado nunca una estrategia común en la negociación con China, que les dé más “espaldas”, más poder para los convenios que acuerda con el país asiático, y para agregar más valor al producto, haciendo en nuestros países un mayor porcentaje del producto procesado y ya no sólo vendiendo el poroto.
Si son socios de un bloque comercial, por qué no coordinan (“como sí hicieron contra el ALCA”, recordó Beckerman). Esa falta de coordinación, de paso, hace que China cada vez sea más fuerte en el Mercosur y aun haya desplazado exportaciones argentinas a Brasil y brasileñas a nuestro mercado. Es un tema para debatir profundamente. Y mejorar. Pero más allá de ese déficit del Mercosur, ahora se presenta una cuestión puntual con China: estar a la altura de lo firmado.