sábado, 30 de enero de 2010

ACTIVIDADES DE VIRACOCHA. Martin Tellechea.

Programa Huayra
Extranjería y Padecimiento Psíquico
Aproximación al tema
Ser extranjero en Buenos Aires es una experiencia reconocida y reconocible a lo largo de los cuatro siglos de historia de la ciudad. Desde la conquista española los primeros asentamientos, las oleadas de inmigratorias de fines del siglo XIX y primera mitad de XX, la corriente inmigratorias internas hasta lo casos de grupos étnicos forzados a cambiar de lugar; siempre el haber llegado hace poco, o el haber nacido de padres llegados hace poco, fue y es una constante.
En las últimas décadas la llegada abundante y sostenida de grupos e individuos de los países cercanos es una realidad registrada y notable a primera vista y con incidencia en todas las expresiones de la vida social. Una dimensión de la crisis planetaria con origen en los sistemas económicos y financieros se expresa también en una crisis inmigratoria además de hacerlo en los planos ecológico, sanitario, alimentario, cultural.
En nuestras instituciones de salud mental crecieron los pedidos de tratamiento de niños pertenecientes a grupos familiares inmigrantes, o hijos de parejas constituidos por inmigrantes. En algunos casos, incluso, la decisión de recibir tratamiento para los niños motivo o confirmo la decisión de inmigrar.
La pregunta inicial que no formulamos es la siguiente: la inmigración, el cambio de espacio geográfico, de pautas culturales, de costumbre, de idioma en ciertos casaos ¿Es causa de o contribuye al padecimiento psíquico?. Y otras preguntas relacionadas ¿Qué efectos en la salud mental puede traer aparajeda la inmigración? ¿Hay un padecimiento agregado en la condición de extranjero que influye en la persona y/o sus descendientes?.
La posibilidades están abiertas.





Observamos que el echo de haber atravesado la experiencia de la inmigración, con sus vivencias de desarraigo, intentos de adaptación, asunción del rol de “extranjero” presenta grandes diversidades. Un elemento importante lo constituye la propia ubicación interna frente al hecho. Ser extranjeros se vive también, como toda experiencia humana, desde la subjetividad.
Johny boliviano residente en Buenos Aires y padre de un niño de cuatro años dice “tengo cuarenta años, vine a los veinte de Bolivia, ¿Soy Inmigrante?”
En cambio Víctor padre de un niño de cinco años en proceso de admisión por Trastorno Generalizado del Desarrollo inicia su entrevista contando como fue que decidió emigrar, en base a una oferta de trabajo (un engaño) que recibió en Potosí. En Buenos Aires conoció a su esposa y formó su familia.
La esposa de Víctor escucho que no eran tenidas en estima las mujeres bolivianas que se internaban en una maternidad de la ciudad, y por eso no recibían un trato adecuado. Sola emprendió el viaje a su lugar de origen para transitar el ultimo termino del embarazo y dar a luz a su primer hijo.
Partiendo siempre de la búsqueda de inserción económica en otro medios los traslados abren una multiplicidad de vivencias y construyen significados en propio mundo interno.
¿Tubo alguna incidencia la situación de extranjería en el estado que con posterioridad constatamos en las hijos de estas personas? ¿En los propios inmigrantes personas jóvenes en su mayoría incide como factor productor, contribuyente, facilitador, desencadenante de padecimiento psíquico? Con esas preguntas y en esa dirección pretendemos avanzar.

Ciudad de buenos Aires Agosto 2009

Lic. Milagros Ferraro

Lic. Maria Laura Vásquez

Dr. Psi. Daniel Arguindeguy

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