En otra entrevista diste que la responsabilidad en todo este escándalo es del autogobierno policial. ¿A qué te referís específicamente?
En el aspecto inmediato, a raíz de la fuga se tejen un montón de hipótesis y los investigadores dicen que no descartan ninguna. Cuando dicen eso es porque en realidad no tienen ni idea. Lo primero que se dijo es que fue un pago por los favores prestados; después que fue un intento del Servicio Penitenciario Bonaerense de marcarle la cancha a María Eugenia Vidal; y también que se trató del largo brazo del narcotráfico. Todas estas son hipótesis que, en algún punto, no cierran.
Respecto a la hipótesis que habla de un pago por los favores. ¿Quién le pagó a quién? Dicen por un lado que es una interna del PJ y por el otro que beneficia al macrismo. Es ilógico que el sector del PJ que los llevó al programa de Jorge Lanata, al igual que la actual gobernadora que se benefició electoralmente de dicho programa, los largue 17 días después. Que el Servicio Penitenciario quiera marcarle la cancha a Vidal, cuando ni siquiera nombró reemplazante de la anterior directora del Servicio Penitenciario, significa que la cancha ya estaba marcada. Lo del largo brazo del narcotráfico es poco creíble porque Schillaci y los hermanos Lanatta eran tres sicarios contratados, que se dedicaban a otros delitos, a la venta trucha de armas, a algún negocio de droga pero que no forman parte de ninguna banda del narcotráfico. Creo que eso se usa para tapar cualquier cosa y además con una idea mal configurada de lo que es el narcotráfico en Argentina.
A mí me da la impresión de que pudo haber sido que los Lanatta y Schillaci compraron su fuga. Se dice que le pagaron una guita importante por el reportaje de Periodismo para Todos, se habla de 300 mil dólares. ¿Y qué hace un condenado con eso, invierte en residencias? No. Se compra la fuga y la hacen en verano, porque en verano empieza el operativo Sol y la Policía anda fuera del conurbano. La fuga tiene cosas inverosímiles, fue hecha con una pistola de juguete y un coche que había que empujarlo para arrancar. Lo cierto es que siendo condenados de una causa muy política, ha armado un gran quilombo que repercute en la corporación policial y que a partir de entonces sí sale a marcar la cancha.
Además el macrismo es incompetente. Anuncian una inminente purga en la fuerza, algo que es de manual que no se hace así. Las purgas se hacen para evitar las maniobras defensistas de los exonerados.
¿Qué buscaban Vidal y Ritondo?
Ritondo es un incompetente y muy limitado. El PRO, Vidal, Ritondo son gente que se manejan con el marketing político, con los focus group y con asesores de imagen. Pero esto es la vida real. No se trata de disciplinar una tropa como si fuera el personal del Teatro Colón. Es una fuerza armada, que es un Estado dentro del Estado. Esta gente ni siquiera suponía que iba a ganar las elecciones, no pensaron en eso, piensan en cómo echar gente y se olvidan de estas cosas. Haciendo un chiste, podemos decir que la vanguardia de la prometida resistencia contra Macri, es la Bonaerense.
¿Quién es el “faraón” Menlick? ¿Cuáles son sus vínculos con el peronismo?
Es un hampón de suburbio que reduce cosas, que mueve droga en pequeñas cantidades, financia achacos y ese tipo de delitos. Conozco decenas de estos tipos, laburan con los punteros. Ritondo mismo tiene gente así en la hinchada de Nueva Chicago. Esta relación entre policías, criminales, caudillos y punteros viene de década infame, de la época de Ruggierito y Barceló [1].
Ritondo fue señalado como mandante de la patota que enfrentó a los ocupantes del Parque Indoamericano. ¿Qué papel específico jugó?
Ritondo no encabezaba la patota del Sutecba, pero todos los barrabravas que actuaron allí responden a él y también a otros punteros. Son gente muy lumpen que de lunes a viernes están con uno y sábado y domingo con otro.
Al frente de la Bonaerense fue nombrado Pablo Bressi, sindicado por tener vínculos con la DEA (la agencia norteamericana para el control de drogas)
Bressi no es un hombre de la DEA, sino que es aceptado por la DEA. Hay que entender que la DEA trata de controlar todas las jefaturas policiales de la región. Todos los canas que se dedican al narcotráfico responden a la DEA porque ellos le responden con sobres bajo la mesa. Bressi es el negociador de la masacre de Ramallo y tuvo un rol en el desenlace que no fue menor.
¿Qué papel jugó en esa masacre?
El robo al Banco Nación de Ramallo fue mandado a hacer por la Policía. Ellos mandaron a los chorros al banco. Recordemos que sucedió en 1999, cuando gana Carlos Ruckauf las elecciones prometiendo “meter bala”. Ruckauf le pide a Eduardo Duhalde que lo saque a León Arslanian y nombre a un juez de Zárate, el doctor Lorenzo, un hombre metido en los negocios sucios de la Policía. Lorenzo asume y nombra como su segundo al doctor Lufrano, un saca presos que fue abogado del “Gordo” Valor. Ellos reúnen a la cúpula y le dicen que por tres meses no podía haber nada de asaltos a bancos. A las pocas semanas lo hacen renunciar a Lufrano porque saltó a la luz que fue abogado de Valor y no daba con el target que Ruckauf buscaba. No había ni un asalto, hasta que luego de la renuncia empezaron a haberlos. Uno de ellos fue el de Ramallo.
Los chorros enviados por la policía entran al banco antes del horario y agarran a cada empleado para reducirlo, esperando al tesorero. Pero se equivocan y en vez de meter al tesorero meten a otro tipo que lo esperaba un amigo enfrente que ve lo que sucede y da aviso a la Policía. Entonces la Policía debe intervenir en el asalto, un asalto cuyos chorros habían sido enviados por la misma Policía. Bressi fue el encargado de la negociación oficial, pero había otra negociación que se llevaba a cabo paralelamente. En esta última deciden que nadie debía salir vivo de allí, esa es la historia. Bressi dio la orden. Ramallo fue políticamente la tumba de las aspiraciones de Duhalde.
¿Los fugados del penal de Alvear corren peligro ahora?
Los prófugos muertos generarían una gran crisis que no le conviene a nadie. Les conviene que se entreguen. Hay tres posibilidades: entregarse, que los maten o que los maten al entregarse. También es posible que jamás aparezcan
Ritondo había anunciado que los tenían acorralados. ¿Por qué “se fue de boca”?
Ritondo salió a boquear porque se lo dijeron y compró el pescado podrido. Ritondo no es uno de ellos, no es parte de la fuerza. La Policía no tiene pruritos ideológicos y no se bancan a Ritondo. La Policía es recaudadora y responde a una línea. Evidentemente la Bonaerense está tensa y su animosidad corporativa está en peligro. Es una mafia que se quiere enfrentar a Ritondo. Para mí la Federal es más prusiana y la Bonaerense es una ironía de las mafias italianas.
¿Cuáles son las vinculaciones de Aníbal Fernández con las mafias policiales y el narcotráfico?
Cuando Fernández era ministro de Interior impulsó la reforma del código aduanero que tapó el bache para el negocio de la efedrina. Yo no creo que tenga vínculos. Pero como intendente, concejal y puntero de Quilmes tiene contactos, como todo político con el submundo. Que conozca a las runflas del barrio no lo convierte en Al Capone. De hecho, muchos de ellos les sirven para tareas políticas o para recaudar, pero eso es parte de la política, salvo que decidas hacer política en Villa la Angostura.
Vos también decís que la definición del narcotráfico en Argentina está hecha sobre una idea falsa. ¿A qué te referís?
Porque hablamos del narcotráfico como si existieran organizaciones como el Cartel de Cali o Medellín que inundan con sus productos el mercado norteamericano y europeo. Acá no es así, esto no es un país productor y a nivel internacional es un país de tránsito. Lo que hay acá, como en Rosario, son pequeñas pero crecientes organizaciones abocadas al menudeo que tienen un volumen de venta y de ingreso incomparable a la guita que mueve el Chapo Guzmán. Tienen cierto dominio territorial pero nada más que eso. Lo que sí pasó en los últimos tiempos es que esas organizaciones han crecido exponencialmente y dejaron de tener un rol de subordinación con la Policía para pasar a conversar de igual a igual. Antes tenían que pagar para existir, antes la Policía gerenciaba esas organizaciones. Ahora a veces los policías terminan siendo sus empleados como sucede en Santa Fe o en Córdoba. Lo que sí es cierto es que Argentina es un santuario para el lavado de dinero. Y eso son los amigos banqueros de Macri.
Entrevistaron: Facundo Aguirre, Alejandrina Barry y Tomás Máscolo
[1] Juan Nicolás Ruggiero, alias "Ruggierito" fue el guardaespaldas y hombre de confianza del caudillo conservador de Avellaneda, Alberto Barceló.
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