domingo, 26 de marzo de 2017

NEOLIBERAL Y NO CREE EN EL MERCADO INTERNO -- LETRA P


Cuestiona en forma integral el plan de Macri. “Prevalece una mirada sustentada
en la primarización de la economía", dice. El impacto de las importaciones 
y los tarifazos.
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El ministro de Producción de Santa Fé, Luis Contigiani, se transformó en uno de los referentes de la administración del gobernador Miguel Lifschitz a partir de su defensa de las industrias de su provincia y las críticas a la política económica del presidente Mauricio Macri.
Luego de atender pedidos de productores durante más de una hora, el funcionario mantuvo una charla a fondo con Letra P. Dijo que “el Gobierno tiene claro un perfil neoliberal”, que eso “genera menos trabajo e industrias” y que “el marketing político le sirve a Macri para que no se vea tanto en la situación social”.

BIO. Tiene una formación en el área económica que mezcla con un pasado cercano a los jesuitas. Es una de las voces más críticas contra la política económica nacional en el marco del gobierno de Lifschitz, que busca ser una oposición “moderada”. Esa exposición lo llevó a sonar como candidato a diputado nacional para las elecciones legislativas de este año, algo que él niega. “A muchos les convendría que dejara de ser ministro de Producción”, dice. Es un hombre muy cercano a las pymes y uno de los responsables de las estadísticas que, junto a la Federación de Industriales de Santa Fe (FISFE), se crearon para reflejar mes a mes la invasión de importaciones en una provincia eje de la producción nacional.

-El sector agroexportador de Santa Fe parece estar muy bien. ¿Cómo está el resto de la economía de la provincia?
-Todo lo que es mercado interno, todo lo que depende de la demanda agregada interna, está muy mal. Todo ese sector industrial comercial que depende del poder adquisitivo, del consumo y de la demanda agregada (o sea, de inversiones, aumento del consumo y el poder adquisitivo) está mal y es lo que está complicando a las pymes industriales y comerciales de Santa Fe y del país. A esa pyme industrial y comercial le pasaron, en algún punto, tres variables combinadas que le juegan negativamente: primero, venden menos porque la crisis es del poder adquisitivo y se achicó el mercado interno; segundo, tienen menos rentabilidad por aumento de costo de producción sobre todo por vía tarifas y, tercero, la variable de las importaciones por apertura económica. Entonces, no hay una sola variable que explique esta crisis de mercado interno, de las pymes industriales, el trabajo y del comercio. No hay una sola variable por sí misma que la explique, son tres variables combinadas que, según el sector industrial, en algunos es la número uno, en alguno la número dos y en otra la número tres. Generalmente, cuando esto sucede, significa que al sector agro exportador le va muy bien. ¿Por qué? Porque prevalece una mirada económica sustentada en la primarización de la economía, pensar en potenciar las exportaciones, que no está mal. Lo que está mal es apostar como modelo económico sólo a eso.
“A fin de año aumentaron las importaciones de bienes de consumo en un 10% y bajaron las importaciones de bienes de capital intermedio y combustible, que son las que hacen al modelo de sustitución de importaciones.”
-Ahí conjugó dos cosas. Nombró el tema de las exportaciones, que es algo que ya ha dicho. ¿Qué medidas cree que ha tomado el Gobierno nacional para este tipo de sectores?
-Todas las medidas que ha tomado fueron negativas e impactaron en el mercado interno. Por ejemplo, definir las tarifas por precio de mercado no lo hace ninguna parte del mundo. Las tarifas se definen de acuerdo a cada modelo de desarrollo. Llevar el megavatio (de energía) a valores de mercado en un aumento del 1000% es una medida que impactó brutalmente sobre el consumo y las industrias. Dos: apostar a un modo de acumulación por valorización financiera, llevando las tasas de interés y a la valorización financiera a niveles muy altos, es otra situación que impactó negativamente en el mercado interno. El negocio atractivo del año pasado fueron las Lebac combinadas con el dólar a futuro, que daba una tasa de rentabilidad en dólares del 13 al 15%, cosa que no sucedía en ninguna parte del mundo. Eso no derrama inversión, no derrama desarrollo y no derrama a la economía santafecina, ni al mercado interno ni al país ninguna situación favorable. Es una acumulación financiera expandiendo el dinero, que tiene su costo, que es sacrificar el mercado interno.
La tercera medida es la apertura económica: claramente, la apertura económica es uno de los pilares del modelo de este gobierno. Se puede estar en contra o discutir, pero es uno de los pilares. Y los números están a la vista: a fin de año aumentaron las importaciones de bienes de consumo en un 10% y bajaron las importaciones de bienes de capital intermedio y combustible que son las que hacen al modelo de sustitución de importaciones. Ese es el núcleo de medidas que tomó el Gobierno para el mercado interno, que han configurado una nueva macroeconomía y un nuevo modelo de acumulación porque eso significa sacar plata de este lugar y ponerla en otro lugar.
“El sector industrial comercial que depende del poder adquisitivo, del consumo y de la demanda agregada está mal.”
-¿Cree que el Gobierno toma esas medidas porque no le preocupa el mercado interno o el empleo?
-No, no digo eso. Digo que tiene una clásica visión de la economía sustentada en que el modelo de acumulación tiene que surgir a partir de los sectores externos y los internos sustentables y dinámicos, y que a los sectores de mercado internos hay que reconvertirlos y no protegerlos.
-¿Qué pasa dentro de esa reconversión en una economía como la de Santa Fe, que tiene muchas de esas industrias?
-Santa Fe tiene 500 mil empleos registrados en blanco. Más del 22% de esos 500 mil, unos 118 mil empleos, lo pone el sector manufacturero industrial. Luego le sigue el sector comercial mayorista y minorista, con unos 94 mil empleos, un 19% aproximadamente. Luego está el sector de la construcción, en un 6,7%, y en el último lugar está, con el 4,2 o 4,5%, el sector agrícola. Quiere decir que el sector agrícola representa el 4,2 o el 4,5% del empleo registrado en la provincia de Santa Fe, o sea, nada. Entonces, la economía santafesina en cantidades depende de las pymes industriales y comerciales. El resto es volumen: el volumen que hacen las grandes cerealeras y la economía agroexportadora, pero el empleo lo generan las pymes industriales y comerciales. Y tenemos una gran suerte, porque, dentro de los 118 mil empleos que genera el sector industrial en Santa Fe, gran parte de eso la pone el sector de alimentos y bebidas. ¿Por qué es una suerte? Porque, si no tuviéramos eso, estaríamos en una crisis mucho más dura, porque para estar en crisis ya en el sector alimento y bebidas tendríamos que estar en una economía con señales muy negativas y muy caídas. Entonces, eso nos blindó un poco de la situación. Luego, el sector metalmecánico tiene unos treinta y pico mil puestos de trabajo; todo el sector mueble, maderero, textil, calzado y algún otro sector tienen 15 o 17 mil empleos en Santa Fe.
“Prevalece una mirada sustentada en la primarización de la economía.”
-¿Por qué cree que el Gobierno tiene ese perfil? ¿Es una cuestión ideológica?
-Porque claramente hay una cuestión de visión tradicional de los sectores liberales y neoliberales de Argentina. Ellos creen que el modelo de acumulación se tiene que sustentar y en eso son muy honestos. Lo dicen con buena fe, no lo ocultan y están convencidos de que van a beneficiar a todos de esa manera. No es que ellos quieran construir un país con menos trabajo desde el vamos, no es ése el punto de partida. El punto de partida es que están convencidos de que el modelo de desarrollo de la Argentina es un modelo de acumulación y expansión a partir de la inversión externa y de los sectores agroexportadores dominantes y de que el resto no es sustentable y es deficitario. En resultados concretos, eso es menos empleo. Es menos empleo, menos pymes industriales y más concentración económica. ¿Por qué? Porque cada pyme que se cierra es absorbida por otra industria más grande de su rama, que es el modelo que ellos proponen. Para ellos, la empresa de muebles El Puente tenía que cerrar porque es inviable y ser absorbida por La Valenciana, y nosotros demostramos que no. Vasalli es otro ejemplo: era inviable, no servía y demostramos que es viable y que repuntó.
-¿No cree que esa visión que dice que tiene el Gobierno tiene un alto costo social y electoral?
-Bueno, ahí juega el marketing y (el asesor del Presidente Jaime) Durán Barba. Yo creo que por ahora no hay tanto “costo”, aunque la marcha de la CGT y el paro anunciado podrían significar algo. Pero realmente es muy importante en todo lo que fue el primer año del Gobierno cómo lograron enlazar las ideas económicas más vinculadas a la derecha y a sectores minoritarios con algunos planteos más masivos. Hay que seguir con atención eso. Todos tienen sus Durán Barba, es un fenómeno de la política moderna y el oficialismo lo usa muy bien.
-Usted ve que el Gobierno nacional tiene una política vinculada a lo que es históricamente el neoliberalismo.
-Claramente. Tiene en eso toda la buena fe del mundo, lo dice y lo hace. Tiene claramente una visión económica sustentada en un modelo de acumulación a partir de los modelos dinámicos agropexportadores y la inversión externa. El problema es que la inversión externa no vino.
“El sector agrícola representa el 4,2 o el 4,5% del empleo registrado en la provincia de Santa Fe, o sea, nada.”
-Marcando diferencias tan profundas y viendo en qué escenario político provincial se inserta usted, ¿le gustaría llevar esto a otro lugar parlamentario?
-En lo personal, no.
-¿No está pensando en una candidatura?
-Entiendo que me ha tocado tener una exposición muy alta por los temas industriales y productivos y que eso hace que esté muy expuesto y que la política genere todo este tipo de rumores. Mi deseo e intención es seguir estando en el Ministerio de la Producción, aunque a algunos les convendría que me fuera de diputado

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