Cuarenta años después de su secuestro, desaparición y decapitación a manos de los esbirros del Chacal Menéndez, una rotonda de Córdoba lleva el nombre de mi abuelo Miguel Hugo Vaca Narvaja. Está ubicada en la entrada a Villa Warcalde, de donde un grupo de tareas se lo llevó para siempre la madrugada del 10 de marzo de 1976. En un carta dirigida a sus hijos, que dejó a buen resguardo presumiendo cual sería su destino fatal, escribió: "En las actuales circunstancias dolorosas, consecuencia de hechos mediatos e inmediatos derivados del fanatismo, la intolerancia y la incomprensión, agravados por un sectarismo cada vez más agudizado, no resulta improbable que pueda ser yo una víctima que sume su nombre a una lista no cerrada todavía". Esa lista era la de los 30.000 desaparecidos. En su nombre y en de esas 30.000 víctimas del terrorismo de Estado, seguimos militando por Memoria, Verdad y Justicia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario