“Todos los incurables tienen cura Cinco minutos antes de la muerte” Uno recuerda este verso voluntarista de Almafuerte/Ricardo Balbín, pero las indicaciones de la agonía del sueño/ideal/proyecto de Monnet, Schumann y una generación de líderes europeos de la segunda posguerra son muy fuertes.
Creo que vale mucho la pena que los suramericanos reflexionemos en el asunto. Podemos elegir, en la siguiente década, estrategias puramente nacionales. El resultado inevitable será la condición de satélites en el “Nuevo Orden Mundial” (que, a pesar de los delirios conspirativos en Internet, no tiene nada de nuevo. Está en vigencia desde hace al menos tres décadas).
O buscar una estrategia de conjunto. Muy difícil. El dictamen de Toynbee sigue en pie “Las confederaciones laxas (acuerdos aduaneros, pactos,…) duran poco. Evolucionan hacia una confederación más fuerte o se disuelven“.
Barack Obama pisó suelo alemán por quinta vez para promover la mayor zona de libre comercio del mundo: un área con 800 millones de potenciales consumidores que quedarían bajo la órbita de la polémica Asociación de Libre Comercio e Inversiones (TTIP) entre Estados Unidos y la Unión Europea.
En Hannover, ciudad del norte de Alemania donde inauguró la mayor feria industrial del mundo, Obama habló de “una enorme oportunidad de fortalecer el espacio transatlántico” y de impulsar el crecimiento y la creación de empleo. “No creo que se vaya a ratificar de aquí a fin de año”, reconoció el mandatario, quien no obstante se mostró confiado en que las negociaciones iniciadas en 2013 estén cerradas antes de que termine su mandato, dentro de ocho meses. “Las diferencias son cada vez menores”, subrayó Obama.
El TTIP “es bueno para la economía alemana y es bueno para la economía de Europa”, subrayó por su parte la canciller alemana Angela Merkel durante una conferencia de prensa conjunta. “El mundo entero se va a orientar en las normas que acuerden Europa y Estados Unidos”, señaló Merkel, tras destacar que “me alegra que el presidente Obama apoye las conversaciones, pero nosotros también tenemos que hacer nuestra parte”.
… El sábado, unas 40 mil personas (80 mil según los organizadores) protestaron en Hannover bajo la consigna “paremos el TTIP” y “por un comercio mundial justo”. Según un estudio de la fundación Bertelsmann, solo el 17% de los alemanes considera que el TTIP es positivo, contra un 33% que lo ve negativo. Otras encuestas confirman que la mayor parte de los detractores del tratado se encuentra justamente en Alemania, una de las principales economías exportadoras. Estados Unidos es el principal comprador de productos “made in Germany” y los analistas coinciden en que la economía germana es una de las ganadoras de la globalización. Pero no lo ven así la mayoría de sus ciudadanos, que desde hace décadas sufren las consecuencias de “la mayor concentración de la riqueza”, la caída constante del salario real y “la disminución del bienestar de la clase media y baja”.
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