martes, 2 de diciembre de 2014

ARGENTINA, EL LITIO Y LA PUNA. - BLOG DE ABEL



“La puna jujeña es un paisaje mágico, y ventoso, agreste y desértico, también. 270 kilómetros al noroeste de San Salvador de Jujuy y a unos 4000 metros de altura, está Olaroz, un mar de sal: 300.000 hectáreas que reciben menos de 100 milímetros de lluvia por año.

Bajo un sol que quema, y a 10 grados bajo cero por las noches, se encuentra uno de los más importantes yacimientos del “oro blanco” de este siglo: el litio, el más liviano de todos los metales, y componente fundamental de las pilas y baterías que hacen funcionar desde los teléfonos celulares y computadoras hasta los autos eléctricos que prometen aliviar la dependencia de los combustibles fósiles.

En estos días, Olaroz es el centro de una iniciativa público-privada que promete transformar el desarrollo científico y tecnológico de Jujuy y proyectarse al país.

Hace algunas décadas, el litio no despertaba entusiasmo. Pero la demanda de un mercado en expansión y las promesas de sus potencialidades lo pusieron en la mira de gobiernos, inversores e industrias. El precio del carbonato de litio, tal como se lo extrae de los salares, asciende a 6500 dólares la tonelada, más del doble de lo que costaba hace diez años.

Gracias a un acuerdo entre la provincia y la Universidad Nacional de Jujuy, el Conicet e Y-TEC, el centro de desarrollo de tecnología de YPF, el litio, que durante años sólo se extrajo de las salinas y se exportó “en bruto”, podrá ser purificado e integrado en baterías que en el mercado internacional cuestan entre 20.000 y 25.000 dólares. Y lo más importante: gracias a esta iniciativa en la que, además de los jujeños, intervienen investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, de la Universidad Nacional de La Plata y de la Universidad Nacional de Córdoba, toda la tecnología aplicada hasta su comercialización será made in Argentina.

Ernesto Calvo y su equipo del Instituto de Química Física de los Materiales, Medio Ambiente y Energía (Inquimae) ya desarrollaron una tecnología innovadora para obtener cloruro de litio, que se emplea en la obtención de litio metálico por electrólisis de sales fundidas en muchísimo menos tiempo que con las prácticas ancestrales que se aplican en la actualidad y a un costo ambiental también muchísimo menor.

La provincia ya cedió los terrenos y el edificio para la creación de un Centro; Y-TEC ofrece sus tecnólogos y ya está desarrollando el primer prototipo de batería; YPF aportará equipamientos; el Conicet y las universidades, recursos humanos, y todos juntos definirán las líneas de desarrollo de esta nueva tecnología para almacenar energía de forma sostenible. El programa insumirá alrededor de 50 millones de pesos en aportes públicos y privados“.

La historia del proyecto es interesante, y algo cuenta ahí Nora Bär “En enero de 2012 escuché a la presidenta por TV decir que la Argentina iba a exportar litio -cuenta Calvo-. Entonces, lo llamé a Lino [Barañao, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva] y le dije que no podíamos venderlo «en bruto», que teníamos que agregarle tecnología.” Aunque no era una rama de la electroquímica en la que hubiera trabajado especialmente, la idea de Calvo fructificó rápidamente y se hizo una reunión en Jujuy“.

El artículo también nos habla de Gustavo Bianchi, doctor en Ciencia de los Materiales de la Universidad de Mar del Plata, ex investigador de la Comisión Nacional de Energía Atómica y hoy director de Y-TEC, que promete “Para mayo del año que viene tendremos la primera batería“, de Victoria Flexer, la investigadora de 36 pirulos, doctora en Química de la UBA, que trabajó en Francia, Australia, y Bélgica, y que dirigirá el proyecto, y del desarrollo tecnológico en sí. (Completo aquí). Pero eso queda para otros posteos, o para páginas especializadas. Este párrafo es sólo porque me gusta sentirme orgulloso de compatriotas.

Sobre algunas posibilidades que el litio abre, para la civilización moderna y para Argentina, hace poco posteó Contradicto, y lo comentamos en el blog. Pero lo que me interesa hacer notar es que yo, entre otros, me quejaba hace casi cinco años en el blog “me considero un argentino bien informado, y no sabía que la Argentina era el cuarto productor mundial de litio (hoy es el 3°), detrás de Chile, Australia y China. Y si no tuviera la costumbre de hojear notas del Wall Street Journal, no sabría que “Toyota se aseguró el suministro a largo plazo de litio de Argentina, en lo que constituye uno de los primeros acuerdos globales de recursos naturales en la era del auto eléctrico. Sacando ventaja sobre los compradores chinos, la firma de suministro y corretaje Toyota Tsusho Corp., cuyo 21,8% está en manos de Toyota Motor Corp., consiguió el respaldo del gobierno japonés para este acuerdo mediante préstamos baratos. El acuerdo será anunciado hoy en Australia y Japón“. (Eso sí) no encontré nada que me deje claro porque el asunto se anuncia en Australia y Japón, y a nadie se le ocurre que corresponde anunciarlo también en Argentina“.

Lo que me parece fundamental es que en nuestra patria estamos empezando a dejar de lado, muy lentamente, la idea que los recursos mineros son algo que “está ahí”, y que las grandes empresas (gringas, por supuesto) vendrán a extraer y utilizar en otra parte. Comenzamos a descubrir que eso podemos hacerlo nosotros.

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