El presidente Maurizio Macrì asumió la presidencia del G20 en el espléndido Centro Cultural Kirchner, que el gobierno nacional utiliza para sus principales actividades pero cuyo nombre insiste en cambiar.
Esta es una buena metáfora de la desesperación por borrar toda huella de la década kirchnerista y el obstáculo que la realidad opone a ese objetivo.
La nueva derecha ha aprendido de las estupideces de sus antecesores, que en 1955 prohibieron por decreto nombrar al partido justicialista, usar sus símbolos gráficos y musicales. Estos se muerden los codos pero se quedan con las ganas.
El ministro de Relaciones Exteriores Jorge Faurie explicó que la Argentina “tendrá la posibilidad de influir en esta gran mesa, que integran las principales potencias del mundo”.
Al mismo tiempo, la Armada anunció que cesaba la búsqueda del submarino San Juan, dio por muertos a sus 44 tripulantes y agradeció la cooperación internacional.
Macrì dijo que bajo su conducción el país generó “respeto, admiración y apoyo del mundo entero” y esto se vio reflejado "con la tragedia del submarino, por la que vinieron de todas partes del mundo a ayudarnos para ver si juntos podemos encontrarlo. Eso demuestra que el mundo nos está dando una oportunidad”.
En realidad la ayuda internacional es consecuencia de un convenio firmado en 2004 durante la presidencia de Néstor Kirchner, por el que se creó la International Submarine Escape and Rescue Liaison Office (ISMERLO). Las cuatro decenas de países del mundo que poseen submarinos se comprometieron a prestarse asistencia para la búsqueda y rescate de embarcaciones sumergidas en caso de incidentes graves.
El submarino San Juan fue entregado por el fabricante alemán en 1985. Al año siguiente la Armada empezó los estudios sobre la factibilidad de construir un submarino a propulsión nuclear, según una propuesta del vicealmirante Carlos Castro Madero, quien desde mayo de 1976 presidió la Comisión Nacional de Energía Atómica.
En 2010, el ministro de Defensa Arturo Puricelli puso al ex subjefe de Estado Mayor, vicealmirante Benito Rótolo, al frente del proyecto, que no avanzó. En cambio Brasil prosiguió con su propio emprendimiento y este año se anunció que en 2029 se sumergirá el primer submarino nuclear sudamericano, construido en colaboración con Francia.
En 2011 el juez federal Daniel Rafecas procesó a Rótolo y a su jefe, el almirante Jorge Godoy, por su participación en la actividad “sistemática y generalizada” de espionaje ilegal a políticos, periodistas y organizaciones sociales. En mayo de 2015 fueron condenados, Godoy a dos años y Rótolo a un año y ocho meses de prisión en suspenso.
En noviembre, el gobierno nacional promovió el juicio político de Rafecas, por el fallo en el que desestimó la acusación del ex fiscal Nisman contra la ex presidente CFK y su ministro Héctor Timerman por la firma del tratado con Irán para permitir que la justicia argentina indagara en Teheran a los acusados por el atentado a la DAIA. Macrì convino con el premier israelí Binyamin Netanyahu la reapertura de la causa.
Sheldon Adelson, socio de Paul Singer en el fondo buitre NML Elliot y uno de los principales contribuyentes a las campañas de Netanyahu en Israel y Trump en Estados Unidos, entre 2010 y 2014 le pagó 280.000 dólares a Nisman.
Trump y Netanyahu se proponen voltear el acuerdo nuclear que Estados Unidos, Rusia, China, el Reino Unido, Francia y Alemania firmaron con Irán en 2015. Desde que Macrì asumió la presidencia la Argentina pasó de una posición independiente al alineamiento acrítico con Estados Unidos e Israel, en un escenario en el que corre grandes riesgos.
Jorge Faurie llegó al ministerio por su especialidad en protocolo. La única influencia que el país tuvo en la mesa del G20 fue la elección del menú.
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