En la entrevista concedida a La Tecla, el ex piquetero Luis D’Elía no sólo habló de la causa AMIA, las escuchas telefónicas y la muerte de Alberto Nisman. También le dedicó un tiempo a la coyuntura política actual. Y en ese marco la ligaron todos: Macri, Massa, Randazzo y Scioli.
-Usted es un adelantado en cuanto a su rechazo por Massa.
-Sí, lo dije cuando era jefe de Gabinete. Lo mismo con Alberto Fernández. En su momento dije que era lo peor de la derecha reaccionaria en la Argentina, y no me equivoqué. A Massa lo tildé de “lamebota yanqui e israelí”, y tampoco me equivoqué. Con el diario del lunes es fácil. Con Sergio tenía muy buena relación, hasta que un día me muestra una invitación que le habían hecho del Departamento de Estado de los Estados Unidos para participar en Cartagena de Indias de un seminario con Bill Gates de jóvenes promesas políticas del continente. Entonces, dije: “Chau, estamos al horno”. Le pregunté: “¿Vas a ir?” Me dijo: “Sí”. Estaba feliz él. Ahí me di cuenta de quién era Sergio Massa, un impostor.
-¿Lo vio como presidenciable en un momento?
-Apenas le da para ser intendente de Tigre. Sergio no tiene una buena formación política, no se puede decir que sea un cuadro de la derecha destacado.
-El elegido de la presidenta está entre Randazzo y Scioli?
-No está en el ADN de Cristina elegir a un neoliberal conservador como sucesor en un proyecto que intenta consolidarse.
-Son los mejores posicionados.
-Eso es macana. Los votos en el FpV tienen un solo dueño: CFK. El kirchnerismo va a votar lo que ella diga.
-De los que están en danza, ¿hay un candidato que le guste?
-No sé lo que estará pensando ella. Hay que hablar del proyecto y de la necesidad de que el candidato sea el proyecto.
-Cuando lo denunciaron por tratar de “paisano” a Schoklender dijo que su candidato era Axel Kicillof.
-Un gran candidato. Un tipo con un alto grado de idoneidad técnica, política. Me siento representado por Axel Kicillof.
-¿Cree que lo va a elegir, o se queda con Scioli?
-Hay datos muy potentes. Que hayan corrido al (Juan Carlos) “Chueco” Mazzón y a (Gustavo) Marangoni es un dato.
-Justo los que usted no ve como potables son los que mejor se posicionan…
-Yo a Scioli le valoro muchas cosas. La derecha tiene que ser parte del movi-miento nacional; lo que no puede es conducir. Porque cada vez que condujo, como en los ‘90, fue un desastre. Scioli es un tipo con cualidades, como las tiene Randazzo también. Son tipos que para mí pueden ser parte, y parte muy importante, de todo
-¿Qué cree que pueda llegar a suceder si Mauricio Macri se convierte en presidente de la Nación?
-Se va a unificar el pueblo. Se va a reunificar la CTA, CGT, los movimientos sociales. Además, con una pequeña diferencia: cuando uno estaba en las calles en los ‘90, el recuerdo de la felicidad estaba lejos. Yo en el ‘55 no había nacido, vivía del recuerdo de mi papá, de mi mamá, de los vecinos, de los viejos, que nos contaban de aquella primera década feliz del pueblo argentino. Ahora la memoria va a estar a la vuelta de la esquina. Cuando quieran quitar la asignación universal, todos los derechos que se han conseguido, cuando se quiera privatizar este Estado que se reconquistó, se va a armar una podrida que no sé dónde puede terminar.
-¿Por qué tiene que seguir siendo gobierno el FpV?
-Para consolidar una Argentina más democrática, más igualitaria, más autonómica a la hora de ser soberana en las grandes decisiones.
-¿Pone las manos en el fuego por Boudou?
Sí.
-¿No se quema?
-No, en absoluto. La causa Ciccone es un vuelto que le dan los grupos de poder por haber sido el autor ideológico de la privatización de los fondos privados de pensión, el negocio más grande los ‘90, hecho por los banqueros chorros.
-Mucho se habla de la división que hay hoy en el país entre kirchneristas y antikirchneristas, y muchas veces se lo responsabiliza a usted, por mostrarse como un tipo violento…
-¿Cuál violencia?
-La forma de contestar, la soberbia al hablar en muchos casos.
-¿Cuál es la soberbia al hablar?
-¿Usted no se considera una persona violenta?
-Estuve 20 años en las calles y jamás protagonicé algún episodio de violencia.