viernes, 13 de marzo de 2015

REFLEXIONES DEL BLOG DE ABEL -- LA INTERNA SCIOLI RANDAZZO


Como saben todos los que leen las noticias políticas en los diarios – una minoría de los lectores, me advertía ya hace años el Negro Morere – en los últimos días se calentó la interna entre Scioli y Randazzo. El gobernador, fiel a su “marca”, le bajó el tono a la pelea, después que sus funcionarios le tiraran al ministro con Argenleaks. Pero Florencio siguió con golpes duros: dijo que los servicios de trenes de Scioli son un desastre, y que irrumpe en los 90 con los deportistas famosos.
Todo esto es natural. Están disputando el premio mayor de la política argentina, la Presidencia. Florencio Randazzo, especialmente, el retador, debe llevar adelante una campaña agresiva contra su principal rival, que está instalado como candidato presidencial desde hace un montón de años, en los medios y en las expectativas de la dirigencia territorial del peronismo.
Hay una razón más profunda: La candidatura de Randazzo, apoyada en una exitosa gestión en la emisión de documentos y en la renovación de los ferrocarriles urbanos, es débil donde la de Scioli es fuerte: en la relación con los aparatos del PJ nacional. Aún con los de la provincia de Buenos Aires, aunque su historia está ahí.
Entonces, su posibilidad de crecer en el espacio de la militancia – que no puede despreciarse en cualquier elección, y todavía menos en las Primarias – es convocando a los peronistas que ven a Scioli como débil, acomodaticio o menemista; incapaz de llevar adelante la confrontación que, sienten, le da significado a la etapa kirchnerista. Son muchos los que piensan así, me consta.
En realidad, en la medida que la candidatura de Randazzo se afirme – sus números, como dice mi amigo Juan Osaba, son mejores de cómo lo cuenta Scioli y peores de cómo lo cuenta él mismo – servirá para hacernos ver si la mayoría de los votantes del Frente para la Victoria, una parte sustancial de los argentinos, asumen que sigue siendo necesario enfrentar claramente a los poderes económicos, mediáticos, judiciales con los que el kirchnerismo ha librado y libra batallas políticas en estos años. O prefieren “bajar un cambio”.
No cabe duda cuáles son las candidatos que hoy simbolizarían esa opción. Aunque Florencio es un político civilizado – declaró cuando el socialista Binner renunció a su candidatura “Se baja una opción de la democracia” – quiere ocupar el rol de combatiente por la identidad K. Y Daniel Osvaldo… tengo el bosquejo de un posteo “Scioli, el hecho maldito del país polarizado”.
Hasta aquí, todo bien. Estas dos candidaturas están ofreciendo a un sector importante de la sociedad argentina, el que apoya a este gobierno o valora sus logros, una elección clara. Schumpeter señalaba que la democracia es, en el fondo, un mecanismo para elegir liderazgos. Y, la verdad, considerando la historia peronista, la historia argentina, esta disputa es de señoritas.
Ahora, hay un hecho curioso. No voy a especular sobre los motivos, porque me faltan datos. Pero me parece que vale la pena que se los señale: Aunque la Presidente, Cristina Kirchner, está hablando en todas las ocasiones, con firmeza y pasión, de los logros de los gobiernos K, y señala sin vacilar a los enemigos, fortaleciendo, según yo lo veo, la identidad política de sus seguidores y despreocupándose del resto, aparentemente prefiere que sea esta interna entre candidatos la que “baje un cambio”.
Al menos, es la única forma en que puedo explicar que en el día de ayer el ministro de Defensa y también precandidato presidencial Agustín Rossi dijo que los cruces entre Daniel Scioli y Florencio Randazzo “no ayudan” y que el debate “tiene que ser uno donde se fijen posiciones, donde se confronten miradas“. Y la presidenta del bloque de diputados del FPV, Juliana Di Tullio, sostuvo que “esta etapa hay que hacerla con un tono un poco más amistoso, no tan guerrero“.
Y como si eso fuera poco, el Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, guerrero si los hay, declaró:
“No voy a participar de este tipo de cosas, no voy a andar canibalizando a mis compañeros. No lo hice nunca. Si a ellos les gusta, que hagan lo que les parezca, tendrán todo su derecho y pagarán los costos cuando la sociedad se harte de escuchar estupideces respecto de los agravios hacia los otros”,
“Flaco favor le están haciendo a la sociedad tirándose papeles unos a otros”
“Que cada uno se ponga a trabajar para ver cómo hace para contarle a la sociedad qué va a hacer a partir del 10 de diciembre si tiene la oportunidad de conducir los destinos del país”.
Estoy de acuerdo con Néstor Sbariggi en que las palabras de Aníbal son muy sensatas. Pero es un nivel de sensatez que es difícil mantener en una interna en serio.

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