miércoles, 25 de noviembre de 2015

BUENOS NEGOCIOS

Revista El Sur. Director, Hernan Vaca Narvaja

 Las escuchas telefónicas aportadas por una oficial de policía al fiscal federal Enrique Senestrari ya están en poder de la Justicia de Río Cuarto. Pero la causa duerme el sueño de los justos en una Fiscalía vacante. Esta es la primera de una serie de notas que revista El Sur publicará esta semana y que revelan los intereses políticos, la trama económica y la complicidad judicial que han permitido que, pese a las pruebas que obran en el expediente, a nueve años del cobarde asesinato de Nora Dalmasso la causa esté paralizada y el crimen impune.
Publicada el  en Crónicas
Esta es la historia oculta del caso Dalmasso. Tan oculta
 que de no ser por la casualidad y la valentía de una oficial
 de policía –cuyo nombre se mantiene en reserva para
 preservarla-, las escuchas telefónicas de la ex Secretaría de
 Inteligencia del Estado (SIDE) tal vez jamás habrían visto la luz
 y, lo que es más grave aún, no habrían sido incorporadas al
 voluminoso expediente que traza los zigzagueantes vaivenes
 de la investigación judicial del crimen de Nora Dalmasso, cometido
 por manos -¿todavía?- anónimas la madrugada del sábado 25 de noviembre de 2006. Esta es una historia donde intervienen políticos, empresarios, servicios de inteligencia y funcionarios policiales.
Una historia que compromete a la cúspide del poder político de la
provincia y en la que intervinieron ministros, jefes de Policía y jerarcas
de la ex SIDE. Una historia de la que resulta impensable no estuviera
 al tanto el gobernador José Manuel De la Sota, que por entonces
transitaba su segundo mandato al frente del Ejecutivo cordobés y que sobreactuó su indignación pidiendo el juicio político de los fiscales
 Javier Di Santo, Marcelo Hidalgo y Fernando Moine tras el “perejilazo”
que explotó en las calles de Río Cuarto en defensa de Gastón Zárate, imputado por el accionar decididamente imparcial del
comisario Rafael Sosa.
Revista El Sur publica esta semana, a nueve años del crimen todavía impune de Nora Dalmasso, una serie de notas en las que dará a
 conocer las escuchas telefónicas -hasta hoy secretas- que
 comprometerían seriamente la coartada de uno de los primeros sospechosos que tuvo el homicidio de Villa Golf: Miguel Rohrer,
alias “el francés”, poderoso empresario que en estos días se codea
 con los popes de la Sociedad Rural Argentina y que por entonces
era el gerente de la multinacional Del Monte Fresh, que poco
después del crimen vendió su mansión delcountry San Esteban,
cerró las oficinas de la multinacional en Rio Cuarto y desapareció
de la ciudad.
Las escuchas confirmarían también que de las múltiples hipótesis
que tuvo el caso Dalmasso a lo largo de estos nueve años, la única
que seguiría en pie apunta al entorno de la víctima. De comprobarse
 que la coartada del “francés” habría sido armada con el auxilio de un conocido abogado del foro local y la complicidad de dos oficiales de
 policía –después imputados por falsedad ideológica en otra causa-,
 la lupa de la Justicia debería volver a posarse sobre aquél triángulo de poder que conformaban el empresario Rohrer, el viudo Marcelo
Macarrón y su vocero Daniel Lacase. De ser cierto lo que dicen las escuchas, la Justicia no sólo debería investigar nuevamente al
“francés” –que declaró en la causa como testigo, no como imputado-,
 sino que también debería develar la cadena de encubrimiento que
le habría permitido salir indemne de las sospechas y revictimizar a
Nora Dalmasso convirtiéndola, después de muerta, en una especie
fatal femme que conseguía amantes en cada esquina. “Pecado” que le valió ser “perdonada” por su marido en la inolvidable conferencia de
 prensa que brindó en el Hotel Opera a pocos días del asesinato,
 flanqueado por su vocero y su hijo Facundo.
El teléfono “pinchado” de donde surgen las nuevas revelaciones
 del caso Dalmasso pertenecía a José Martínez Luque, miembro
 de la delegación cordobesa de la SIDE. Su teléfono fue intervenido
desde el 15 de diciembre de 2006, es decir, 19 días después del
hallazgo del cuerpo sin vida de Nora Dalmasso en su coqueta
residencia de Villa Golf. Intervienen en las primeras conversaciones
un reportero gráfico de Cordoba, que era a su vez un “espía
encubierto” de la SIDE y tenía “acceso directo” al expediente que por entonces instruía Javier Di Santo; otro agente “inorgánico” de la SIDE apodado “Mecha” y los responsables de la Policía Judicial Félix Cortéz y Amílkar Farías. Y, por supuesto, el inefable comisario Rafael Sosa, hoy preso en el penal de Bouwer, imputado en la causa del
“narcoescándalo” cordobés.
En la primera conversación a la que tuvo acceso esta revista,
 Martínez Luque llama a su “agente” disfrazado de reportero gráfico,
 quien le sugiere que si piden análisis de ADN de los sospechosos
lo hagan en Gendarmería “porque en el CEPROCOR estaría la mujer
del ex jefe de Policía Jorge Rodríguez”.
EL 20 de diciembre, Martínez Luque llama a otro agente de nombre
Luis para pedirle información económica sobre la víctima, el viudo y
“un tipo que sería sospechoso”. Cuando le deletrea el apellido Rohrer
y le termina de dictar su número de documento, se produce
la siguiente conversación:
  • Es poderosísimo este guaso, ¿no?
  • Mucha, muchísima guita, muchísima guita, pero sobre todo
  • movimiento económico, cuentas…Esteee, bueno, si vos tenés acceso… gastos o algo por el estilo.
LA PRUEBA
Mientras su agente investigaba a Rohrer, Martínez Luque se
 comunica con Félix Cortéz, asignado a la investigación del caso
por la Policía Judicial de Córdoba.
  • Mirá, Josecito, ayer nos pusimos a estudiar toda la prueba
  • Sí.
  • Pasamos por la molestia del CEPROCOR, hablamos con
  • nuestros técnicos químicos de acá.
  • La prueba levantada por el personal de Río Cuarto.
  • Sí.
  • Está toda hecha mierda.
  • No sirve.
  • No sirve nada porque lo trataron re mal
  • Si
  • Lo destruyeron todo ex profeso. No sabemos, algunos
  • piensan que es por …
  • …¿pero toda la prueba está destruida?
  • Negro, lo único que nos queda es un cabello que no sabemos de 
  • quién carajo es, puede ser de cualquiera de la familia (…) Que
  • (el fiscal) no vaya a querer hacer nada con lo que queda, que se
  •  deje de romper las pelotas con eso de Portugal y todo lo demás.
  • Que lo vamos a mandar a esto al FBI.
  • ¿Ah si?
  • Nosotros ya hicimos el contacto con el FBI (…) Nos dieron el OK,
  • así que les vamos a mandar todo para allá.
  • Así que calculo que Amílkar y yo seríamos los encargados
  •  de transportar toda la prueba.
Amílkar Farías era, junto a Félix Cortéz, responsable de la Policía
Judicial de Córdoba asignado a la investigación del crimen de Nora Dalmasso. Antes de cortar, Cortéz le dice a Martínez Luque:
“quería que supieras eso para que le avises alnumber one” y le pide discreción.
 Martínez Luque asiente. Dice ser consciente de que “al gobernador
se le va a armar un kilombo de la puta madre”.

Martínez Luque devuelve pronto la gentileza. En comunicación telefónica con Amilkar Farías, le dice que ha conseguido buena información sobre “el amigo este de allá, el poderoso y grandote”, en obvia alusión a Rohrer. Para sorpresa de Martínez Luque, Farías también tiene información que comprometería al “francés”.
  • ¿Has escuchado algo de un grupo inversor San Bartolomé?-,pregunta Martínez Luque.
  • No, Negro, no…
  • Me dicen que habría un grupo inversor donde estaría Rohrer y
  •  Macarrón sería el que le manejaría la guita a este grupo inversor.
  • Ajá.
  • Como que los vincularía a ambos un tema económico y que
  • aparentemente esta chica se habría enterado. Está muy traído de
  •  los pelos, pero son datos, ¿viste?, no quiero descartar nada.
  • Bueno, así te cuento alguito…
  • Esto habría sido visto.
  • La noche del hecho en el country, en una casa a 150 metros del 
  • lugar del hecho
  • ¿Al hombre este?
  • Exactamente (…) Te digo hermano el hombre este tiene un miedo
  • atroz (…) Así que hablalo con Amílkar porque te tenemos que pedir 
  • algunas cositas.
Martínez Luque se comunica ese mismo día con Amílkar Farías y
 le informa de los avances de su investigación económica sobre
 Rohrer y Macarrón:
  • ¿Vos escuchaste hablar del grupo inversor San Bartolomé?
  • No en lo que estoy chequeando-, admite Farías.
  • Bueno, aparentemente en este grupo estaría Rohrer…
  • Bien…
  • Donde le bajaría plata a Macarrón.
  • Bien, perfecto.
  • Si, al marido, ¿entendés? Y bueno, no lo tengo chequeado todavía,
  •  ¿no?
  • Pero es la versión que tengo y que bueno, aparentemente esta
  •  chiquita se habría enterado y que bueno y que le habría dicho que solucione el problema este tipo y que no, bueno, este tipo no lo
  •  solucionó y de todo se encargaron ellos.
  • A la pelota, ¿cómo se llama el grupo?
  • San Bartolomé (…) Rohrer es el que le baja la plata a Macarrón (…) representando este grupo (…) Esta chica se habría enterado del
  • manejo de la plata o algo por el estilo. Me dicen que igual la relación
  • entre ellos estaba mal…
  • -Sí, si, si…
  • …que ya se había hablado del tema del divorcio…
  • Si…
  • …como 30 días antes o algo por el estilo, ¿viste?
Durante la conversación, Martínez Luque admite que hasta
el momento
eran versiones, pero que a medida que avanzaba en la
investigación iban cobrando cada vez mayor envergadura. Farías vuelve sobre el testigo temeroso que dice haber visto a Rohrer a 150 metros de la casa de los Macarrón la noche del crimen:

  • El tema es que hacemos con este hombrecito para que se blanquee
  •  porque debe estar cagado hasta el pechito, te digo, ¿no?
De las conversaciones interceptadas por la SIDE no surge que
 el testigo “temeroso” finalmente haya declarado ante el fiscal
Di Santo. Por las constancias que hay en el expediente, habría
 primado el temor y la desconfianza sobre el imperativo moral
 de contar la verdad.
En otra charla telefónica, Martínez Luque le confirma a Farías
que la empresa Bartolomé es un fideicomiso de inversión
agropecuaria “donde Macarrón es accionista”. “Ahora estoy tratando
 de ver si tiene vinculación Rohrer directamente”, agrega. E insiste
con la hipótesis que vincula el crimen de Nora con los negocios
de ambos:
  • Esta chica se habría enterado que lo estarían usando a Macarrón
  •  como que estaba… no te digo lavando dinero o algo por el estilo…
  • pero a través de Macarrón… Entonces la mujer se entera y se pone
  •  loca y el grupo le habría dicho: mirá negro, encárgate de este tema, solucionalo.
  • Y lo encargaron…
  • Si, estos…estamos hablando de gente amiga, ¿me entendés?
  • Si, si, si…
  • Del círculo, porque imagínate yo no te voy a dejar a vos…
  •  por ejemplo Rohrer, declarado, tiene este año arriba de seis
  •  palos, ¿me entendés?
  • Declarado, arriba declarado…
  • Claro, declarado… Entonces te imaginás, a título 
  • personal, ¿no?
  • ¡Papá!
  • …por eso todo esto te va a decir un tipo que le sobran los
  • paquetes
  •  y que tiene muchas cosas en juego, pero son datos, si yo
  •  puedo ir
  • calzando con toda la información que tienen ustedes y todo
  • entonces
  • son aportes que si a ustedes les calza…
  • Bienvenidos, claro que me calzan.

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