viernes, 3 de abril de 2015

UN ODONTOLOGO ENTRERRIANO REVELA QUE HIZO DURANTE LA GUERRA DE MALVINAS



Actualmente tiene 58 y vive en Concordia. En 1982 fue enviado a las islas bajo el cargo de teniente de fragata. Recién 3 décadas después, en diálogo con la periodista concordiense Agustina Cavalanti, se animó a contar lo que evita relatar, incluso para su entorno familiar.


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30 años después, un odontólogo entrerriano revela qué hizo durante la guerra de Malvinas .
30 años después, un odontólogo entrerriano revela qué hizo durante la guerra de Malvinas .

Integró un equipo compuesto por cerca de 18 oficiales médicos, 3 oficiales odontólogos, 2 oficiales bioquímicos, 58 suboficiales, 14 marineros enfermeros, 1 médico civil y 2 técnicos. Todos ellos compusieron la tripulación del buque "Bahía Paraíso", que junto al "Almirante Irizar", zarparon como únicos barcos hospitales argentinos.

Para hablar sobre lo que le tocó hacer, pronunció dos frases: "el dentista en la guerra cumple la función de funebrero", dijo aunque también hizo hincapié en otras tareas: "fui psicólogo y padre, yo tenía 28 años, ellos 18", recordó también.

La insistencia periodística de su sobrina fue lo que quizás lo hizo hablar después de tanto tiempo. Así lo entendió Agustina Cavalanti, redactora de la revista "El Federal" (sale en todos el país, los jueves), cuando contó cómo hizo para convencer a su tío. "No fue fácil", admitió.

Prefirió identificarse con sus dos nombres: Nelson Ramón y recordar que hoy vive y traba en Concordia, a unos 2261 kilómetros al norte de los archipiélagos del Atlántico Sur.

A continuación, se reproduce parte del artículo "Memorias de un frente desigual", publicado este jueves 29 de marzo en la revista "El Federal" y escrito por Agustina Cavalanti: "no tiene cara de guerra, ni de soldado. "El dentista en la guerra cumple la función de funebrero", dice.

Según Nelson, los 3 odontólogos del Bahía Paraíso partieron a las islas con una misma misión: reconocer cadáveres. Para poder hacerlo, debían seguir un protocolo estipulado para la identificación de piezas dentarias. A todas las personas que ingresaban a las Fuerzas Armadas (Ejército, Marina y Aeronáutica) se les hacía una historia clínica completa, entre las que se obtenía un diagrama de sus piezas dentarias.

Los soldados en Malvinas llevaban una medalla identificadora con nombre, apellido y grupo sanguíneo, pero muchos la perdieron en combate. Y no alcanzaba con las huellas digitales o una descripción física: "le abríamos la boca a los cadáveres y tomábamos un registro de sus piezas dentales, que nos confirmaba la identidad del muerto", recuerda.

(...)  De los caídos en las islas, 323 se hundieron en el Crucero "General Belgrano". "Rescatamos con grúas a los náufragos del Belgrano. Algunas balsas estaban vacías, otras con heridos que gritaban y pedían auxilio, y otras con muertos", dice el odontólogo. El "Belgrano", que había sido utilizado por los estadounidenses para combatir en la Segunda Guerra Mundial, prestaba servicio a la Argentina cuando fue hundido fuera de la zona de guerra, el 2 de mayo de 1982.

"Encontré cuerpos congelados que tuve que quebrar para poder colocarlos en las cajas que hacían de ataúd. También había un freezer para guardar los muertos", recuerda el veterano de guerra.

El "Bahía Paraíso" nunca fue bombardeado, porque estaba protegido por la Convención de Ginebra, un tratado internacional diseñado para preservar a los combatientes de guerra, que obligaba a los buques hospitales a ser pintados de blanco con cruces rojas oscuras, como emblema de protección para identificar al personal médico. "Todas las armas del buque fueron tiradas al mar, porque como era flota hospital no estaba permitido portar armas. El primer día que llegamos a Malvinas dos soldados ingleses bajaron de un helicóptero y recorrieron el barco con un cartel que decía: NO ARMS", relata.

Sin embargo, el odontólogo recuerda una anécdota familiar desatada por uno de los tantos avisos falsos que las Fuerzas Armadas argentinas solían emitir por las radios locales durante el conflicto: "mi mamá todavía recuerda su sobresalto cuando los militares anunciaron, en un comunicado, que los ingleses habían violado la Convención de Ginebra y atacaron al Bahía Paraíso: me contó que justo cuando escuchó esa mentira, un tubo fluorescente de la cocina de mi casa explotó".

Un día antes de que Alferdo Astiz firmara la rendición incondicional (...), Argentina disputaba el encuentro inaugural de la copa mundial España 1982. "Al mundial lo escuchábamos por altoparlantes en el barco mientras comíamos fideos o polenta", recuerda. Los tripulantes del barco cargan comestibles cuando iban al continente a descargar muertos.

"Los soldados que venían de la isla tenían hambre y pedían comida y el buque estaba sobrepasado de gente. Me acuerdo de haberle acercado una mermelada a un platense que se la comió tan rápido que terminó descompuesto".

El 14 de junio de 1982 los soldados que navegan el Bahía Paraíso recibieron un mensaje por teletipo en el que anunciaban que la guerra, por fin, había terminado. Sin embargo, estuvieron casi un mes más rescatando a los que habían quedado en las islas.

El 8 de julio pudieron volver. No les habían dado plata, ni comida. Sólo un pasaje. "Fue regreso de perdedores: llegamos a las ocho de la noche y nadie nos esperaba, era todo olvido", cuenta y recuerda también que las comunicaciones estaban bloqueadas. "Caminé toda la noche buscando un teléfono, eran de esos naranja, pero estaban inhabilitados. A las 8 de la mañana me fui, solo, a la terminal de Punta Alta con el pasaje a Necochea, sin comida ni plata".

Los soldados del Bahía Paraíso fueron enviados a Malvinas como odontólogos, médicos, enfermeros o curanderos, pero en las islas cumplieron otras funciones: "fui psicólogo y padre, yo tenía 28 años y ellos 18".

¿Volvería a Malvinas? "Si hubiera alguna posibilidad, volvería a las islas. Para recuperarlas y para que sean argentinas otras vez".

1 comentario:

  1. todos coinciden en lo mismo, sin plata, sin comida ¿donde estará el reloj de susana , la joya de lamarque, los 100 millones de diego? 24 horas de desvergûenza?
    recuerdo como si fuera hoy al canciller de ese momento que hasta viajó a cuba!!!????
    si no me equivoco el economista era aleman" qué pensaban que era un jueguito de mesa? no hay perdon posible, sólo heridas de la humanidad que por ahora no acaban

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