jueves, 16 de julio de 2015

Hoy en la comisión de acuerdos del Senado, dimos dictamen al ascenso post mortem de Manuel Dorrego, promovido a General del Ejercito. Su historia estuvo muy presente en mi infancia porque durante la dictadura debimos escondernos con mi familia en Navarro, donde Dorrego fue cobardemente fusilado por Juan Lavalle. Cuando asumió como Gobernador de la Provincia de Buenos Aires se le ofreció el grado de general y lo declinó; dijo que sólo lo aceptaría tras ganar el campo de batalla. Esta es una merecida distinción a un gobernante popular derrocado por el primer golpe de estado de nuestra historia. No pudo ganarse en el campo de batalla el grado de General, porque tras su derrocamiento, Dorrego fue fusilado. Hágase de mi lo que se quiera, pero cuidado con las consecuencias. Manuel Dorrego, antes de su fusilamiento en 1828. Juan Manuel Abal Medina









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