jueves, 23 de julio de 2015

LOS DELITOS ECONOMICOS, LA DICTADURA Y LA JUSTICIA


ENTREVISTA a Graciana Peñafort, directora de Asuntos Legales del Ministerio de Defensa. “La justicia tiene una enorme resistencia a juzgar los delitos económicos de la dictadura porque los delincuentes son miembros del poder permanente”.

-Los “Delitos económicos” en nuestro país han sido importantes en lo que refiere a la implementación del Terrorismo de Estado ¿Cómo podemos definirlos como concepto?
-Un delito económico esencial es de contenido patrimonial ¿pero por qué no se le llaman delitos contra la propiedad? Porque no significa tanto sustraer a alguien particular la propiedad, sino delitos que articulen los mecanismos financieros para conseguir por ejemplo figuras como el lavado de dinero, la evasión impositiva, y también los delitos económicos como la apropiación, pero no de la cartera o que entren a tu casa, sino de empresas, por ejemplo provocar desórdenes financieros a partir de la compra de acciones; a todas estas figuras que constituyen la acción monetaria pero que no constituyen estrictamente delitos contra la figura, se los llama delitos económicos. Esa es una distinción importante para entender de qué estamos hablando, cuando hablamos de delitos económicos, y más cuando la figura delictiva, estamos enterados, que vienen de lesa humanidad.
-Si bien el delito económico implica un delito de lesa humanidad, resulta problemática y complejo llevarlo a la justicia…
-Es sencillo, para cometer el delito económico, se han violado sistemáticamente derechos humanos de manera colectiva. En el caso puntual de la Argentina, el delito económico fue usado y fue llevado adelante a través de la forma de Terrorismo de Estado; usar la maquinaria del Estado para asustar y/o aterrorizar a quienes tenían que firmar determinados documentos, para obligarlos a llevar adelante estas acciones. Entonces lo que lo configura como de lesa humanidad, es que eso venga directamente del ejercicio de terrorismo de estado para que ese delito económico se haya realizado.
-¿Y qué pasa con la Justicia? Porque es muy difícil que se tome el tiempo de resolver este tipo de casos
-El acceso a la justicia no es lo complicado, lo complicado es que la justicia resuelva. No sólo en estos casos, en general la justicia tiene una enorme resistencia a juzgar los delitos económicos, y esto tiene que ver con quién es la figura del delincuente en estos delitos, que son los miembros del poder permanente. Nunca vas a encontrar un ladrón común en estos delitos económicos, hay ladrones que son sociedades de mucha importancia, o miembros de los que algunos llaman el círculo rojo, los dueños de los medios de producción históricos en Argentina: banqueros, dueños de tierras… Y la verdad es que lo que le cuesta al poder judicial es accionar contra este poder. Hace poco discutíamos con unos colegas, por ejemplo cómo actúa el poder judicial respecto al poder, porque claro, para el poder judicial el poder político ni siquiera es un poder real. Como está sujeto a periodos electorales y puede cambiar, son mucho más estrictos, pero respecto con estos poderes permanentes que son los banqueros, pasan los gobiernos y los banqueros quedan. Un ejemplo claro en esto es lo que para mí es uno de los delitos económicos más importantes que tuvo la Argentina, fue el megacanje que se hizo durante el gobierno de la Alianza. Fue un sistema de canje de bonos de deuda que tuvo, además de un montón de irregularidades en su administración, las condiciones que se acordaron eran lo más desventajosas que te puedas imaginar para la Argentina. De hecho, los peritos llegaron a la conclusión que el megacanje le había costado al país 57.000 millones de dólares; nuestra deuda se incrementó 57 millones de dólares; además comisiones millonarias. Y después ves a muchos de los involucrados como Sturzenegger (Diputado Nacional por el PRO y ex presidente del Banco Ciudad de Buenos Aires) y todos los demás hablando de economía, porque en realidad hace treinta años que esos organismos financieros viven de que los países en deuda renegocien mal su deuda.
“EN ESTOS DELITOS ECONÓMICOS, HAY LADRONES QUE SON SOCIEDADES DE MUCHA IMPORTANCIA, O MIEMBROS DE LOS QUE ALGUNOS LLAMAN EL CÍRCULO ROJO, LOS DUEÑOS DE LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN HISTÓRICOS EN ARGENTINA: BANQUEROS, DUEÑOS DE TIERRAS”.
-¿Tiene vinculación directa con los Fondos Buitres?
-Absolutamente. Yo diría que no estamos lejos de que algunas conductas de los Fondos Buitres se terminen aplicando como delitos económicos, como por ejemplo forzar determinadas corridas financieras. Pero bueno, la justicia siempre ha sido muy renuente, porque los sienten poderosos, entonces no te llaman a declarar a un banquero o a un financista. Otro ejemplo claro es lo que pasaba cuando llegó lo de las 4.400 cuentas en el banco HCBC. Hace poco el Banco Central desclasificó actas de historias de la Dictadura, donde figura todo el sistema por el cual se estatizó la deuda privada. Porque qué es lo que pasó cuando se hablaba de déficit con el exterior, se contabilizaba el déficit que tenía el propio Estado, y el déficit que tenían los privados con las entidades bancarias extranjeras. En un momento, a los fines de equilibrar los números, ya que era una estafa mayúscula, todo el déficit tanto público como privado pasó a ser del estado. El estado absorbe el déficit y quedó condenado a la deuda de los privados y todos los argentinos pagando, y todavía lo estamos pagando. Pensá que Martínez de Hoz llegó al país con una deuda externa de 7.000 millones de dólares, y se fue habiéndola cuadriplicado. Es una locura lo que hicieron.
-Y ahí la responsabilidad es de la asociación de empresarios ¿Verdad?
-Hay una figura que ha estado en estos últimos 30 años, que es Domingo Cavallo, que siempre que se han tomado este tipo de medidas ha estado vinculado. En su momento estuvo en el Banco Central, estuvo en los ‘90 con el proceso de desguace del estado, volvió en el 2001 para el megacanje… es un miembro orgánico de la estructura financiera que lleva adelante este tipo de delitos.

Blaquier, la complicidad civil y la justicia

-En el caso Blaquier y el caso Ledesma, con la cuestión de “falta de mérito”, ¿Es difícil llevarlo a la justicia?
-En el caso Blaquier yo diría que es mucho más claro que el caso Ledesma, porque allí no estamos hablando de un delito económico, ahí ya estamos hablando de un delito de lesa humanidad. Básicamente lo que pasó en el caso Ledesma fue que la empresa no sólo delató a los trabajadores quienes tenían participación sindical o política, sino que además facilitó la estructura para que estos trabajadores fueran secuestrados. Los testigos dicen que se los llevaron en movilidad de la propia empresa, y además generó un enorme encubrimiento de lo que había sucedido. La historia del ingenio Ledesma es una historia que durante mucho tiempo fue tradición oral, te la contaba la gente. Recién en los últimos tiempos gracias a la Ley de Obediencia y Punto Final se empezó a visibilizar. Acá hay un punto que me parece que es importante: el poder judicial es un poder que tiende a la permanencia, entonces va pactando con los otros poderes permanentes, pero además no sufre renovaciones democráticas; de hecho si vos ves, tenemos jueces que fueron jueces en la dictadura, que en sí mismo no es necesariamente malo, pero que protegen un esquema de relaciones de poder que está preestablecido. Entonces en algún punto me parece que lo que ellos entienden por democracia, o que acusan recibo que vivimos en otros tiempos, en tiempos de democracia, es juzgar a los militares, pero han decidido que la dictadura no tuvo complicidad civil.
“EN EL CASO BLAQUIER ES MUCHO MÁS CLARO QUE EL CASO LEDESMA, PORQUE ALLÍ NO ESTAMOS HABLANDO DE UN DELITO ECONÓMICO, AHÍ YA ESTAMOS HABLANDO DE UN DELITO DE LESA HUMANIDAD: LA EMPRESA DELATÓ A LOS TRABAJADORES Y FACILITÓ LA ESTRUCTURA PARA QUE FUERAN SECUESTRADOS”.
-Sin dudas, la dictadura contó con complicidad civil…
-En este caso los militares eran más herramienta de un poder civil que en sí mismo los verdaderos detentores del poder. No me quiero ir de tema, pero me interesa señalar que yo tuve la oportunidad de analizar Papel Prensa, que un típico delito económico vinculado a delito de lesa humanidad, y ahí a mí me llamó poderosamente la atención dos cosas: primero, en el proceso de venta, los dueños de las acciones no hablaban, hablaba la dictadura con los que iban a ser los compradores, y todavía no se había vendido nada, y ellos ya acordaban. Pero lo más trágico de esto, es que una vez que hacen la transferencia accionaria, se nota dónde está el poder, los diarios que ya había obtenido la empresa, se revelan contra la dictadura; no denunciando los crímenes de lesa humanidad, sino que pasaban cosas como que la marina nombra un interventor, que es Dagostini, y Dagostini no podía entrar a las reuniones de Papel Prensa. Lo que le hacía a Moreno en plena democracia, Peralta Ramos, Magneto, se lo hacían al tipo que había mandado Massera. Eso es poder, ¿me entendés? Que vos le digas al tipo que mandó Massera, que no va a entrar. El tipo mandaba largas notas, yo las vi porque las presentamos en la causa, diciendo que no lo dejaban entrar, denunciando irregularidades; ese es el poder. Los militares en este esquema eran apenas los hacedores de las decisiones que tomaban otros. También lo ves en la documentación sobre la privatización de Austral, la fuerza aérea muy nacionalista no quería, y fue Martínez de Hoz el civil que toma la decisión de que la fuerza se iba a privatizar, que les consigue el crédito externo. El Ministro de Economía de la dictadura tenía más poder de decisión que la Junta Militar que eran las tres fuerzas reunidas para tomar decisiones… Ese es el poder real. Y la justicia no avanza ahí.
-¿Si no se democratiza el Poder Judicial, es difícil democratizar el poder mediático?
-Yo creo que el poder judicial, como el poder mediático como el económico son los poderes permanentes, entonces no es que democratizás uno y por efecto cascada democratizás el resto. Hay que democratizar el poder judicial porque hay que democratizarlo. Cuando vos hablás con cualquiera de las Madres o de las Abuelas de Plaza de Mayo te lo dicen: el camino infructuoso que recorrieron buscando un paro judicial para sus hijos, para sus nietos durante la dictadura, y el poder judicial siempre fue un obstáculo; trataba de disuadirlas, de no presentar nada, las trataba de locas… inclusive hay cosas que son estremecedoras que pasaron en el poder judicial. Pienso en la propia Corte Suprema secuestraron a un reconocido abogado, y nadie dijo nada… y eso pasó. El sistema de alianzas se entiende más claro no cuando lees las noticias políticas, sino cuando lees las sociales; ahí descubrís que los jueces los fines de semana compartían con esos mismos empresarios y con los militares, compartían su vida social, sus hijos se casaban entre sí. Generan una estructura como de la vieja nobleza y van generándose relaciones endogámicas entre sectores de estos poderes permanentes, que incluyen el mediático, el económico, el judicial.

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