Discúlpenme, amigos. Se me ocurrió titular con esta indicación teatral por culpa de la imagen que he usado otras veces: los dos escenarios de la política argentina. Y porque los medios han instalado desde hace casi dos años que había tres hombres entre los que estaba el futuro presidente: Daniel Scioli, Mauricio Macri, Sergio Massa.
Ese trío era, es cierto, una construcción mediática, como insistían amargamente muchos politizados. Los políticos lo tenían más claro: los medios reflejaban las expectativas y convicciones de grandes empresarios, dirigentes sindicales, gobernadores e intendentes. Son los que se interesan, dos años antes, en quién va a ser el futuro presidente; y manejan los recursos, materiales y humanos, necesarios para esas largas campañas que empiezan cuando termina la elección anterior, y las elecciones locales previas.
Pero, aunque esa construcción de los tres candidatos tenía una base sólida, le faltaba, todavía, el elemento fundamental: la adhesión de esos millones de votantes que se necesitan para ser elegido al cargo mayor, y que en su gran mayoría no piensan en quién va a ser presidente dos años antes. Muchos, empiezan a reflexionar en el asunto no antes de dos meses de la elección.
Bueno, Massa está saliendo del escenario. Gabriel Katopodis, el intendente de San Martín, volvió al Frente para la Victoria. Y con una buena frase “Nuestra decisión política es apostar a la renovación del peronismo y no a su derrota“. No era imprevisto, ni decisivo en sí mismo, pero es la sucesión de golpes lo que destruye al Frente Renovador, que nunca llegó a ser realidad fuera de la provincia de Buenos Aires. De cualquier modo, ya he hablado de ese proceso. Para lo que falta, la decisión de Massa, la crónica de La Tecla me parece la más seria de las que he leído.
Es posible – yo creo que es su mejor opción, entre las malas que hoy le quedan – que continúe con su candidatura presidencial. Lo que es seguro es que ya no se lo mencionará como un posible presidente, al menos en este año.
Ha sido descartado por el escenario de la polarización entre el gobierno K y sus adversarios. Repito esta obviedad, porque no lo era hasta hace algunos meses. Con una tosecita modesta, recuerdo que este blog planteó desde hace más de un año que esa polarización se hacía cada vez más inevitable, en la medida que el gobierno mantenía la iniciativa y el control de la agenda, y a la vez se recostaba cada vez más en lo propio.
Probablemente el desarrollo más completo lo hice aquí, en noviembre del año pasado. Discutiendo con quienes planteaban una “polarización de un solo lado”: el kirchnerismo jugando todo al 40 % + 1 voto, frente a una oposición dividida. Bueno, no resultó así. Aparece, como insisto era previsible, un “opositor mejor instalado”, más allá de sus cualidades personales (que no son muchas). Pero también ese mismo proceso acumula posibles votantes para el oficialismo: el instinto de supervivencia revive al PJ (Katopodis, Othacehé, Zúccaro, Guzmán, Giustozzi, Eseverri, gobernadores varios,…) y, más importante, le suma muchos votos, si el opositor es Macri.
Eso sí, debo decir que el que mejor lo describió fue Andrés Malamud:
“El sistema argentino es mutante: duplica al normal. La llamada segunda vuelta es, en realidad, la cuarta. Y difícilmente hará falta.
…
Sintetizando, el balotaje mutante queda así:
• Primera vuelta: elecciones provinciales entre el 22 de febrero y el 9 de agosto.
• Segunda vuelta: PASO, 9 de agosto.
• Tercera vuelta: primera vuelta oficial, 25 de octubre.
• Cuarta vuelta: segunda vuelta oficial, 22 de noviembre.
La primera vuelta determinará tres espacios viables: uno oficialista y dos opositores. La segunda descartará a uno de los opositores. La tercera seleccionará al ganador. La cuarta es innecesaria.”
Tengo que hacerle una sola corrección: La “primera vuelta” determinótres espacios viables: dos oficialistas y uno opositor. Vean la encuesta que publicó Oscar Cuervo: “… Interna FPV: Scioli 49 % vs. Randazzo 42 %“. Otras encuestas, que tengo bajo compromiso de confidencialidad, son más favorables al gobernador de Buenos Aires. Pero… faltan 60 días justos para las PASO, la segunda vuelta. Y ahí quedarán dos.
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