martes, 9 de junio de 2015

VENEZUELA: FORO DE PENSAMIENTO Y ACCION


Pensar a las derechas del continente:
una necesidad para defenderse y avanzar*
Bllog Patria y Pueblo



Prensa MPPC (30/04/2015).- El miércoles por la tarde tuvo lugar la primera jornada de la cuarta edición del Foro Permanente de Pensamiento y Acción. El espacio para el debate fue esta vez la Universidad Bolivariana de Venezuela. El tema desarrollado: "La política del odio, cartografía de la derecha".

En esta oportunidad el encuentro contó con la participación de Javier Sucojayo, consejero político de la Embajada de Bolivia en Venezuela;Messilene Gorete, del Movimiento de Trabajadores Sin Tierra de Brasil; Diego Sequera, miembro del portal Misión Verdad; Néstor Gorojovsky, del partido Patria y Pueblo, de Argentina; y Reinaldo Iturriza, ministro del Poder Popular para la Cultura.

"El proyecto bolivariano es el de una sociedad donde caben todas las ideas menos aquellas que piden y hacen alarde de su deseo de aniquilar físicamente al otro", así lo afirmó Iturriza al abrir el debate.

Y al referirse a aquellas ideas de aniquilamiento nombró dos hechos recientes en los cuales se vieron expresadas: las movilizaciones y la violencia sucedidas en Venezuela en los dos últimos años, y las recientes acciones en Brasil, en particular el pasado 15 de marzo. A propósito de estas últimas señaló: "Vernos en su espejo que fue tan parecido en sus calles a las nuestras".

¿Cómo es actualmente esa derecha, cómo está organizada, qué ideas la mueve, con cuáles mueve a su vez a miles de seguidores? Porque, fue expresado en la mesa, las derechas del continente han buscado hacerse en varias oportunidades de las calles en lo que va del siglo XXI, y para eso han logrado, en algunas oportunidades, construir políticas clasistas –en sectores medios y altos–, y elaborar estrategias de captación de masas.

Así fue el caso en Bolivia, cuando en el año 2008 –cuando fue debatida la nueva Constitución–, intentaron separar el país entre el occidente y el oriente –creando la imaginada, clasista y no indígena, "República de Santa Cruz"-, o realizaron también en la ciudad de Sucre movilizaciones en rechazo abierto a los pueblos indígenas, es decir el 90% de la población boliviana.

Y así sucedió también en Brasil este año, cuando la derecha, catalogada por Messilene Gorete como portadora de "un discurso y una práctica conservadora, racista, de intolerancia y odio", tomó las calles contra el Gobierno de Dilma Rouseff, del Partido de los Trabajadores.

Esos discursos excluyentes –contra los indígenas, los pobres, los negros, los chavistas etc– han sido uno de los ejes ideológicos de estas derechas. Algo que siempre las ha caracterizado desde la Colonia, pero que en este tiempo, al verse amenazados algunos de sus intereses y desplazadas de espacios de poder político, económico o simbólico, este discurso de la exclusión ha salido a la luz pública de forma explícita. Por eso las consignas en Brasil, Venezuela, Bolivia y Argentina han sido tan elocuentes –por ejemplo la de "¡Intervención militar ya!".

Pero sobre eso también se han dado otros fenómenos: las derechas –es decir representantes políticas, directas o indirectas de las burguesías, las oligarquías y el imperialismo, "agentes locales del saqueo", como los denominó Gorojovsky– han comenzado a construir discursos apelando a palabras que antes les fueron ajenas.

Diego Sequera aportó un ejemplo de esta apropiación discursiva, al referirse a los mensajes de María Corina Machado, dichos en nombre y en búsqueda de "la libertad", una situación que movió al chavismo hacia un mensaje de "orden revolucionario", realizándose así una suerte de inversión discursiva.

Gorojovsky se refirió también a una característica de estas derechas: sus ataques se han dado históricamente sobre cualquier Gobierno que no estuviera alineado con los Estados Unidos, aunque este no fuese revolucionario. Tal fue el caso, por ejemplo, de Jacobo Árbenz en Guatemala, derrocado con un Golpe de Estado en 1954; un contexto similar se está desarrollando actualmente en Brasil, donde, en la opinión de Gorete, la burguesía brasileña, aún teniendo el control de la economía, promueve intentos por desplazar del poder al Partido de los Trabajadores.

"La burguesía quiere alinearse con el modelo político y económico de los Estados Unidos, quiere aplicar el modelo neoliberal", señaló la militante del Movimiento Sin Tierra al referirse al caso brasileño.

Y detrás de cada una de esas derechas latinoamericanas afirmó que ha venido actuando el imperialismo norteamericano, como factor unificador de esa diversidad de actores conservadores, quienes han avanzado en pasos de mayores niveles de articulación –como los encuentros recientes realizados en Argentina, Perú y México.

Por eso muchas de sus acciones guardaron similitudes. Porque detrás de ellas estuvieron metidas las embajadas estadounidenses, operadores continentales, constructores de mensajes que han sido y son difundidos por sus poderosos medios de comunicación.


Ante ese contexto los participantes resaltaron la importancia de avanzar en mayores niveles de unidad entre los países, también entre los movimientos sociales, en "reunificar la gran nación de patrias latinoamericanas que nunca debió dejar de serlo", como afirmó el militante argentino. Y también, sobre todo, mantener el predominio de la política para, en el caso particular venezolano, no adentrarse en el terreno de la violencia al que, desde abril del 2013, la derecha ha querido llevar a toda la sociedad.

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